CUANDO LA SOBERANÍA DE LAS IMÁGENES SE VUELVE UN ASUNTO CONTEMPORÁNEO

Citar este artículo

Mgtr. Antonio Silva

Doctorando de la Universidad de Chile
Escuela de Arte de la
Universidad Diego Portales



Resumen

En este artículo el autor realiza un abordaje a Cuadernos de Arte, aparato editorial en cuyas páginas se han plasmado distintos regímenes estéticos que transitan de un localismo regionalista a una praxis artística globalizada. Se analiza la trama de escrituras y las discontinuidades editoriales, las que dan cuenta tanto de una performance singular de escritura de arte (Giunta, 2010) al interior del contexto latinoamericano, como de un “conflicto de facultades” en el cual el proyecto académico que subyace a la publicación ha estado inmerso. Se plantea que las discursividades que habitan Cuadernos de Arte no han sido leídas con suficiente atención, en particular el rol que han jugado en la consolidación del proyecto académico. Así mismo, se propone que la soberanía intelectual de las imágenes instala un lugar de enunciación de la praxis e investigación ligada a la creación artística cuyo énfasis interpela nuestra mirada desde lo contemporáneo.



Palabras claves

Escritura de arte, crítica de arte, visualidad, contemporáneo, revista de arte.



Abstract

In this article the author makes an approach to Cuadernos de Arte, editorial apparatus whose pages have shaped different aesthetic regimes that move from a regionalist localism to a globalized artistic praxis. The collection of writings and the editorial discontinuities are analyzed, which account for both a unique performance of art writing (Giunta, 2010) within the Latin American context, and a "conflict of faculties" in which the academic project that underlying the publication has been immersed. It is argued that the discoursiveness that inhabit Cuadernos de Arte have not been read with sufficient attention, in particular the role that they have played in the consolidation of the academic project. As well, it is proposed that the intellectual sovereignty of images installs a site of enunciation of praxis and research tied to artistic creation whose emphasis challenges our sight from the contemporary.



Keywords

Art writing, art criticism, visuality, contemporary, art journal.



Cuadernos de Arte (CdA) se funda el año 1996 en la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC), teniendo a su haber 21 números publicados hasta la fecha, lo que la convierte en la más antigua, entre las revista editadas de manera ininterrumpida por una escuela de arte en Chile. Cabe señalar que el inmediato interés que de esto podría surgir es el hecho de que las escuelas de arte en esta latitud tienen un influyente rol no solo en la formación de los artistas sino en las agendas y debates del arte, cuestión que las hace reconocidamente una particularidad latinoamericana (Mosquera, 2006; Valdés, 2006) 1.

Desde su inicios esta publicación ha sido un aparato editorial en cuyas páginas se han inscrito y escrito distintos regímenes estéticos, cuyo sustrato reúne una diversidad de prácticas de escrituras desde y sobre el arte. Estos regímenes estéticos no han estado exentos de interrupciones y discontinuidades, y sin proponérselo dan cuenta de un territorio de escrituras desde y sobre el arte en Chile. Al examinar el cuerpo de textos publicados, se evidencia en primer término, una preocupación por un diálogo y pertenencia a un contexto latinoamericano, en el que se transita de un localismo regionalista, en sus inicios, a una praxis artística globalizada, en la actualidad. En un segundo nivel, referido a la consolidación de un proyecto académico, identificamos un “conflicto de facultades” que circunda la trama a partir de la que se funda y despliega esta publicación en el tiempo. En un tercer nivel, se observa ya tempranamente desde la fundación de la Escuela el propósito de establecer una relación entre la práctica artística y la investigación, y que el soporte de CdA permite trazar tanto en la discursividad sobre la praxis artística como en la autonomía de la propia imagen.

Este artículo realiza un abordaje de la revista CdA y del cuerpo de textos que alhoja, como un caso de estudio en el que se han trenzado discusiones y cruces sobre el territorio de la escritura de arte, la legitimación de prácticas y escrituras desde y sobre el arte contemporáneo. Desde esta perspectiva, en esta publicación confluye un conjunto entrelazado sobre escritura de arte que no ha sido mirado con suficiente atención. Se ha propuesto tener en cuenta para el análisis del cuerpo de textos de CdA no solo el escenario local, propietario de un sustrato a momentos hermético y endogámico, sino, tal como lo plantea Pablo Oyarzún (2011), entendido a modo de un sistema de coordenadas más conveniente para pensar una teoría del arte latinoamericano, “sobre todo para un análisis del arte en general y del arte que se produce desde nuestras regiones hoy, es la inscripción del contexto, de la coyuntura, del emplazamiento y del lugar de la enunciación en esta misma” (p. 109).



Contexto, coyuntura y lugar de enunciación

En particular nos interesa problematizar en función de los regímenes estéticos y pugnas entre agentes del arte –curador, critico, investigador, profesor y artista. Cuatro momentos editoriales se identifican en CdA, los que quedan graficados por sus diseños de portada. Las dos primeras etapas, que en nuestro análisis denominamos Práctica docente e investigación programática e Investigación desde la historia del arte, friccionan el territorio desde que se enuncian los textos; mientras que los recientes períodos, que denominamos Creación e investigación en las artes visuales y La soberanía de las imágenes respectivamente, más bien convergen en una soberanía de visualidades plurales, donde la preponderancia del texto y la ortodoxia de voces unívocas ceden al relato coral de lo contemporáneo.

Concédanme dos digresiones antes de avanzar en el análisis. La primera me permite poner en contexto la existencia de CdA en una pequeña historia anterior. Previamente la Escuela de Arte UC tenía otra publicación llamada Revista de Arte UC (Figura 1), cuya existencia se remite a ocho números editados entre 1987 y 1995. La mencionada revista da cuenta de concepciones circunscritas al trabajo plástico, estrategias curriculares para promover el acceso al (ya entonces) reducido número de galerías de arte comerciales y la utilización de imágenes no solo para documentar obras plásticas, como acertadamente lo hiciera en su tiempo la Revista de Arte (Figura 2) del Instituto de Extensión en Artes Plásticas de la Universidad de Chile en los años 50 y 60; sino, mas bien para dar cuenta (recurrentemente) de la vida social al interior de las aulas.



Fig. 1: Portada Revista de Arte UC N°4, año 1989,

con imágenes de obras de los profesores de la Escuela de Arte UC

Fig. 2: Portada Revista de Arte N°8, Agosto de 1957, del Instituto de Extensión en Artes Plásticas de la Universidad de Chile. Antecedente de Cuadernos de Arte



Así también la caracteriza una referencia a una identidad latinoamericanista2. Esta era la época en que la editorial estaba a cargo del director de la Escuela, quien además estampaba su firma en esta sección. Téngase presente el alcance que la firma y la idea de autor conllevan en el arte y los espacios donde los artistas se forman. La Revista de Arte UC cumplía de esta manera con dar cuenta del trabajo de los profesores, actividades de extensión y el mercado de galerías de arte por medio de algunas entrevistas sobre actualidad. El año 1995 se edita el número 8 de la Revista Arte UC, tiempo en el que asume la editorial el profesor y artista Pedro Millar. Menciono a Millar, ya que en mi opinión no se ha aquilatado el rol que cumplió en el proyecto académico de dicha Escuela3. La relevancia de su obra y docencia anticipó una conceptualización del grabado (Lihn, 1970) que luego quedarían bajo la sombra de la inflación de la figura de otro artista docente, como es Eduardo Vilches4.

En este número se incluye un artículo del historiador de arte Gonzalo Arqueros sobre el artista José Balmes, Carlos Navarrete publica el artículo El triángulo paradigmático, se amplían fronteras locales con un artículo sobre la obra de Juan Downey, artista chileno residente en Nueva York; además, se incluye un dossier con distintos abordajes a la exposición5 del pintor de los movimientos independentistas de Perú, Chile y Argentina José Gil de Castro; y finalmente un dossier creativo sobre Eugenio Dittborn. En este punto se produce una aceleración, y la Revista de Arte UC se transforma en una plataforma reflexiva, más allá de las tareas de extensión a las que estaba acostumbrada, lo que provoca una crisis terminal en el ethos que animaba este proyecto editorial. Muy sintomático de esto resulta el artículo de Jaime Cruz ex director de esta Escuela, en el que reflexiona sobre la profesionalización de los curriculum de las escuelas de arte y su quehacer. Aquí Cruz (1995), le coloca el cierra a esta publicación declarando:

Las cosas en el arte han cambiado, las Escuelas de Arte en Chile no pueden permanecer impávidas […]. Se debe descubrir todavía de buen o de mal grado, la necesidad de abrir también los espacios a una formación conceptual o teórica, en una situación donde el arte “mezcla” indisociablemente práctica, técnica, reflexión, saber hacer y saber pensar (p. 66).

La segunda deriva es biográfica, y define mi posición, en ningún caso neutral, como investigador. Me refiero a mi experiencia como editor de la Revista Índice, documento de arte y crítica (Figura 3) entre los años 1997 y 2000, publicación auto gestionada en aquel entonces por estudiantes y egresados de la Escuela de Arte6.



Fig. 3: Portada N°3 Revista Índice, documento de arte y crítica, 2000



La referencia a esta revista7, señala la existencia paralela a CdA, la que da cuenta de este giro analítico en la enseñanza en las escuelas de arte, que como resultado arroja la publicación de 28 ensayos de artistas y teóricos en torno a la enseñanza del arte, la formación de artistas y debates de una escena artística emergente. Sin saberlo, llegamos a una fase epigonal de esta performance de escritura (Giunta, 2010), en la que este sistema de legitimación de las artes visuales chilenas catálogos, publicaciones y ciertas escrituras de arte locales cedían a nuevas formas de intercambio y circulación provocadas por el advenimiento de la globalización del arte. Probablemente nunca sopesamos el efecto de esta comunidad de escrituras ni comprendimos del todo los gestos, borraduras y controversias de quienes nos precedían.



Práctica docente e investigación programática

Volviendo a la fundación de CdA, ésta tiene lugar en un contexto en el que el proyecto académico de la Escuela de Arte UC transitaba de un modelo de enseñanza de las artes plásticas con base bauhausiana, a uno de autonomía tanto de la arquitectura y el formalismo funcionalista. Con un acotado equipo, y Justo Pastor Mellado como editor, se funda esta publicación bajo el nombre de Cuadernos de la Escuela de Arte. Se editaron siete números bajo esta definición editorial, con una periodicidad semestral. La propuesta visual fue drástica: papel bond, tapa de cartulina española, retracción de la imagen a un uso muy acotado e impresión a una tinta. Un análisis de la portada del N°1 (Figura 4) nos muestra una imagen emblemática en la iconografía escolar, una ilustración de la carabela de Colón como una exaltación de una gesta didáctica8 la que al mismo tiempo funciona como metáfora de la subordinación de la imagen – ¿o acaso de una escuela?– a la conducción programática de una investigación en artes plásticas. Se propone instalar una doxa mas afín a las ciencias sociales y la filosofía, que a una donde las artes plásticas, como se venía practicando, tuviera su centro en la concepción del “papel del artista en la sociedad” (Galaz, 2009, p. 14). Irónicamente esta etapa editorial tuvo su punto más alto en el N°4 donde la recuperación de la oralidad discursiva de artistas y teóricos de principio de los años 70 se imbrica con la reposición de las utopías latinoamericanas, propuesta por Frederico Morais para la curatoría de la Primera Bienal del Mercosur, en la que Mellado fue curador del envío chileno. Sin duda, la articulación programática entre el trabajo de artistas y teóricos9 trajo un efecto de la teoría en la crítica y en la escritura sobre arte.



Fig. 4: Portada N°1 Revista Cuadernos de Arte,

bajo la editorial de Justo Pastor Mellado



El primer número de CdA en tanto soporte, encarna la posibilidad tanto de alcanzar un grado de autonomía intelectual universitaria, así como de la escena de arte nacional. Esta aspiración de transitar desde una de enseñanza de la práctica del arte localista y autocomplaciente a una que realiza un ejercicio crítico y ambiciona una articulación regional e internacional de sus académicos podemos apreciarla en la rúbrica de Mellado (1996), su primer editor:

Cuadernos de la Escuela de Arte es el formato editorial de un modelo de conducción académica y comprende una línea de trabajo que acoge la publicación de textos académicos de mediana y corta extensión, de autores nacionales y extranjeros, directamente vinculados a la práctica docente. Así mismo incluiremos trabajos que corresponden a la puesta en circulación de la reflexión de la Escuela sobre navegabilidad del arte en el océano social, elaborada (sic) tanto en sus seminarios como en investigación formal emprendidos por los artistas (p. 4).

Este proceso tardó varios años y es un antecedente de los movimientos de fuerzas impulsados en esta escuela que buscaban escindirse de la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes10, la que consigue refundarse el año 1999 como un proyecto académico en el que convergieron la Escuela de Arte, el Instituto de Música y la Escuela de Teatro11.

Es relevante señalar que la noción de investigación se nombra como meta desde la práctica docente. Este primer número incluye textos de académicos presentados en las ponencias del II Coloquio Internacional de Investigación en Artes Plásticas, entre quienes destacan Gonzalo Díaz, Alberto Madrid, Gaspar Galaz y Gonzalo Arqueros; se incluyen de ésta y otras escuelas de artes, alumnos como Alejandra Wolff, Daniela Rivera y Vanessa Vásquez, e invitados extranjeros entre los que hay que destacar a Pierre Baqué y Jacques Cohen de la Universidad de París I, Panthéon Sorbonne. Me detengo aquí porque la noción de investigación que estos académicos exponen12 adopta aquí un cariz propio del paradigma de las ciencias sociales. Es en ese entonces que entra con fuerza en el currículum el curso Metodología de la Investigación13, una versión destilada de aquello que los académicos de la Sorbonne aplicaban en los programas de maestría y doctorado en París y Río de Janeiro. ¿Cuánto de este curso que se introdujo en la malla curricular del plan de estudio permeó en la formación de la Escuela? Es algo difícil de medir, pero lo cierto es que esta definición de investigación provocó mucha resistencia entre artistas plásticos, ya que buscaba incidir no solo en la docencia sino en cómo los mismos profesores-artistas comprendían su propio trabajo plástico.

Si bien la noción de investigación en arte es algo que está presente desde la fundación misma de la Escuela de Arte el año 1959, la ideología o cuerpo de conocimiento del grupo que la sustenta es diferente. Ese año en el mes de abril se publica un aviso en el periódico El Mercurio informando de la apertura de esta Escuela (Figura 5).



Fig. 5: Anuncio 1ª admisión Escuela de Arte UC abril 1959,

publicado en el periódico El Mercurio



Puede leerse en el anuncio: “Se invita a iniciar estudios en esta nueva Escuela de Investigación Artística a todas las personas de cualquiera edad, que con vocación seria, voluntad y constancia, deseen trabajar” (en Galaz, 2009, p. 8). Esta noción de investigación plástica, que traía fuerte influencia del profesor Sewell Sillmann discípulo de Joseph Albers en el Departamento de Arte de la Universidad de Yale, poco se asemeja a la investigación plástica con componentes de las ciencias sociales de los profesores Cohen y Baqué arriba mencionados.

En los números siguientes se publicaron entre otros un seminario sobre Joaquín Torres García (N°2) realizado en Santiago el año 1996; una selección de tesinas, memorias de obras de estudiantes egresados (N°3); la transcripción de un registro de Gaspar Galaz 14 del foro Arte y Revolución realizado el año 1971 en el Instituto de Arte Latinoamericano de la Universidad de Chile (N°4), entre quienes participaron destacan15 José Balmes, Francisco Brugnoli, Mario Carreño, Luis Felipe Noé, Mario Pedroza, Aldo Pellegrini, Miguel Rojas-Mix; una investigación sobre la iconografía del ingreso de Cristo a Jerusalén en la obra de artistas sieneses de la historiadora del arte Claudia Campana (N°5); aproximaciones a la obra de Adolfo Couve (N°6) de esta misma académica; y una compilación de 10 años de escritos críticos de Justo Pastor Mellado bajo el título Textos estratégicos (N°7). Este último expone la “infraestructura discursiva” de este autor, precedida por un prólogo del filólogo Alberto Madrid. Los números 6 y 7 marcan un cambio en cuanto a la estructura del equipo, si bien el director de la revista continua siendo el director de Escuela, se crea el Comité Editorial primeramente con integrantes de la misma, y desde el N°9 incluye a académicos de otras universidades, chilenas y extranjeras. En cuanto a la función del Comité, éste cumplirá hasta el N°18 un rol más bien nominal16, el que gradualmente irá adoptando tareas en proponer temáticas y evaluar los artículos, con una participación más incidente a partir del N°19 en adelante.



Investigación desde la historia del arte

La salida forzada de Justo Pastor Mellado de la Escuela de Arte el año 2001, tiene como consecuencia una refundación del proyecto editorial de CdA17. El trasfondo de esta trama tiene la fricción entre la noción de investigación en artes visuales, que es la que se intenta instalar por cuatro años, y que se debilita frente a una articulación sustentada desde la historia del arte (Mellado Ruiz, 2001).

El N° 8 tarde dos años en ser editado. Claudia Campaña asume el rol de editora hasta el N° 15. Los cambios implicaron espaciar la periodicidad, de bianual a anual, se abandona el formato de cuaderno (14 x 22 cm) dando paso al de revista (19 x 22 cm), se eliminó el papel Bond reemplazándolo por la superficie brillante del couché e interior a un color hasta el número 12, y desde el número 13 hasta la fecha su interior es impreso a cuatro colores. Por razones de financiamiento se incorpora un auspiciador, el Bank Boston hasta el N°12 y luego el Banco Itaú hasta la fecha. Como una manera de darle visibilidad internacional, se tradujo al inglés la editorial hasta el N°12. Al examinar la portada del N°9 (Figura 6) nos ofrece un detalle de la espléndida obra Palmas de Ocoa de Onofre Jarpa, es decir, se opta por un retorno a los problemas de representación y modelo de la pintura de paisaje de la academia decimonónica, que en Chile se extendieron al siglo XX.



Fig. 6: Portada N°9 Revista Cuadernos de Arte, bajo la editorial de Claudia Campaña



Se trabajaron números temáticos: Ernest Pignon-Ernest: el mural en el campo expandido (N°11); El paisaje como genero pictórico (N°9), con la re-edición de un texto de Claudia Campaña sobre la pintura de paisaje europeo, la traducción de las conferencias sobre el paisaje inglés de los siglos XVIII y XIX realizadas el año 1995 por David H. Solkin, una reflexión sobre la pintura de paisaje en el arte chileno de Gaspar Galaz, y un análisis contemporáneo sobre el paisaje en las obras de Eugenio Dittborn, Carlos Altamirano y Gonzalo Díaz escrito por Mariana Babarovic; Eduardo Vilches (N°10); Trabajos de Taller y Memoria (N°11), con un texto de validación de la crítico de arte Adriana Valdés; Arte desde Latinoamérica (N°13) con textos de Guy Brett, Gerardo Mosquera y Ticio Escobar; Bienales (N°14) con textos de artistas chilenos como Paul Beuchat, Livia Marín, Pablo Chiuminatto, Camilo Yáñez, Voluspa Jarpa, Daniela Montenegro, Mario Navarro, Iván Navarro, y una conversación en torno a las bienales entre Magdalena Atria, Mónica Bengoa, Álvaro Oyarzún y Pablo Rivera. El N°15 por su parte, dedicado a los 50 años de la Escuela con una selección de 50 ex-alumnos destacados y sus testimonios, marca la fatiga de esta etapa editorial. Se abre con un texto testimonial del escultor y académico Gaspar Galaz (2009) sobre la impronta bauhausiana y fricciones con el arte geométrico y el informalismo durante las primeras décadas. Este número retorna la práctica de la extinta Revista de Arte UC, que fue tan característico del imaginario autorreferencial, al transformar la publicación en una suerte de memoria institucional (al incorporar fotos, relatos y recuerdos de sus profesores, alumnos y el hacer de los talleres). Si bien, esta etapa editorial de la revista se ve desperfilada en su propósito editorial de aportar a la “difusión, critica, estudio y divulgación de las diversas manifestaciones de las artes visuales” (Celedón, 2003, p.7), consolida la colaboración internacional que tiene en los números dedicados al paisaje como género pictórico y arte latinoamericano sus momentos más altos.



Creación e investigación en las artes visuales

La tercera etapa de CdA abarca los N° 16, 17 y 18 bajo la edición del pintor Francisco Schwember, consolida una apertura a problemas del pensamiento contemporáneo. Podemos apreciar de qué manera vuelve a aparecer la noción de investigación, pero esta vez vinculada a la creación. Cito un fragmento de la editorial (Prato y Schwember, 2011), la primera y única firmada por el director y editor:

(…) busca constituirse en una plataforma que permite facilitar el dialogo informado en el contexto nacional y contribuya a la generación de mayor conocimiento y debate en torno a las artes visuales. (…) Esta edición da cuenta de reorientación de la política editorial a un ámbito contemporáneo de reflexión (…) con la finalidad de reforzar la relación entre creación e investigación, propia de las artes visuales (p.5).

A todas luces, este corrimiento en la noción de investigación es revelador. Estimo que este énfasis en aquello que es propio del arte contemporáneo es la noción que todavía acompaña los procesos docentes y de formación de pregrado en esta escuela de arte y que trasuntan en la variedad de escrituras que concurren desde esta fecha en CdA. Estos tres números se orientan temáticamente: el futuro (N° 16), la abstracción (N° 17) y la inmigración (N° 18). Hay varias cuestiones destacadas que se incorporan como parte de la propuesta editorial: se invita a un artista por número –Rubens Mano, Luis Camnitzer y Juan Castillo– para establecer por medio de imágenes articulaciones entre texto e imagen18. Adicionalmente, se incorpora una sección de reseña y se mitiga la rigidez gráfica de la diagramación que antecedía, por medio de una organización de los bloques de texto en dos columnas. El formato se agranda a 20 x 25 cm, para volver a una composición vertical. Examinar la portada del N°17 (Figura 7) nos permite visibilizar la intervención realizada por Luis Camnitzer, una operación gráfica y conceptual de designar “instituciones ficticias” donde el artista es la máxima autoridad.



Portada N°17 Revista Cuadernos de Arte, con intervención del artista uruguayo Luis Camnitzer, bajo la editorial de Francisco Schwember.



Mejora sustantivamente la calidad y resolución de las imágenes impresa. Es interesante que los textos produzcan intersecciones y cruces con las imágenes sin establecer una hegemonía de la textualidad sobre la imagen como ocurría con notoriedad hasta el N° 15. Al mismo tiempo logra ampliar las problemáticas abordadas alcanzando interés no solo plástico, historiográfico o de coyunturas especificas del campo del arte local, sino que también concurren asuntos de la cultura contemporánea abordados con amplitud interdisciplinar. Esto permite la convergencia de imaginarios y epistemologías provenientes del cine, la literatura y la arquitectura. Varios artículos merecen atención como los de Ignacio Villegas, José de Nordenchlych, Paula Dittborn, Nikos Papastergiadis, Enrique Morales, Rodrigo Galecio, Teresa Blanch, Catalina Donoso, Pablo Corro, Alberto Sánchez, Carla Macchiavelo y Katya Cazar.



La soberanía de las imágenes

La cuarta etapa de CdA, correspondiente a la edición de los números 19, 20 y 21, ha estado a cargo de Mario Navarro y Paula Dittborn. Se destaca bajo esta orientación un refinamiento expresados en el diseño de la revista lo que da cuenta de una comunión entre editor y diseñador, inexistente en los números anteriores. Se reduce el gramaje de las páginas y portada, lo que disminuye su rigidez. El trabajo tipográfico se profesionaliza: se rompe esa tabularidad rígida y ya no parece una publicación diagramada por estudiantes en práctica. Se explora el soporte de manera que ofrezca diversas posibilidades de lecturas. Se termina la lógica en la que el texto, como ropaje de la teoría, predomina por sobre la imagen. Las imágenes son potenciadas en su cualidad connotativa, cumpliendo así distintas funciones, no solo la de ilustrar autonomía. Al examinar la portada y contraportada del N°21 (Figura 8 y 9), nos encontramos con la ilustración botánica y un diorama del artista brasileño Walmor Correa, propuesta que nos visibiliza la taxidermia, la naturaleza muerta y el gabinete como asuntos contemporáneos.



Fig. 8: Portada del N°21 Revista Cuadernos de Arte. Intervención del artista brasileño Walmor Correa. Bajo la editorial de Paula Dittborn y Mario Navarro

Fig. 9: Contraportada N°21 Revista Cuadernos de Arte. Intervención del artista brasileño Walmor Correa. Se libera la contraportada utilizada para el avisaje comercial



Se incorpora literalmente la conversación en el formato, al angostar el ancho de la hoja para señalar esta sección (Figura 10).



El género de la conversación se introduce produciendo un corte en la lectura y en el formato de la hoja, como se puede apreciar en el N°20 de la Revista Cuadernos de Arte, páginas 65 y 67 respectivamente



Se utiliza en su función compositiva, el color brillante y saturado para separar las secciones. Se profundizan las reseñas. Se gira la cabecera del título de la revista y se incorporan los contenidos en la portada. También cabe destacar que las intervenciones de los artistas latinoamericanos invitados Regina Silveira, Liliana Porter y Walmor Correaestablecen una relación más experimental, desprejuiciada y lúdica entre visualidad y texto. Lo contemporáneo es visible también en la editorial de Dittborn y Navarro (2017), la que deja de ocupar un rol protocolar y apuesta por recuperar una lectura más punzante, donde el extrañamiento esta en el cruce con la historia del arte.

En las artes visuales, la presencia de lo animal ha sido recurrente a lo largo de toda su historia, desde las divinidades zoomórficas en Egipto, India, o Mesoamérica, pasando por las representaciones del Tetramorfos o Jardín del Edén en la Alta Edad Media, hasta el acercamiento naturalista consolidado en el renacimiento […]. El arte del siglo XX y de lo que llevamos del XXI, en cambio, se ha nutrido más bien de la incidencia de la presencia humana, haciendo del animal un objeto evidentemente mediado por la representación que hacemos de él en la obra (p.3).

Finalmente, vemos entonces que esta trama de escrituras publicadas en CdA a lo largo de 21 años ha generado las condiciones de posibilidad para consolidar un proyecto académico, diferente por cierto al que se declaró en sus inicios. ¿Pero acaso no es lo que ocurre siempre en procesos colectivos? Como nos enseña Chartier (2014, p.130), “el proceso de publicación, cualquiera que sea su modalidad, siempre es un proceso colectivo, que implica a numerosos actores y que nunca separa la materialidad del texto de la textualidad […]”. Las alteraciones en la regularidad del formato y orientación editorial nos revelan las fricciones de un proyecto académico, que ha tenido desde un comienzo entre sus preocupaciones la investigación artística, y que como consecuencia –casi sin proponérselo, para ser justos ha alcanzado una soberanía de las imágenes.



Bibliografía

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1 Una versión preliminar de este escrito tuve ocasión de presentarlo gracias a una invitación que me cursaran los editores de la revista Mario Navarro y Paula Dittborn para el lanzamiento del N°21 de la Revista Cuadernos de Arte. La presentación tuvo lugar el 6 de diciembre de 2016 en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

2 Un ejemplo de esto se observa en la siguiente cita: (…) debe entregar una respuesta (artística) que privilegie lo característico de esta cultura, que permita entregar nuestro lenguaje y asimilar lo que nos aporta el resto de las culturas, desde el enunciado básico de nuestro origen común, nuestra raíz regional en su base cultural de memoria colectiva hispano-indígena. (Cruz, 1989, p. 3)

3 Cabe señalar que Millar fue militante comunista lo que provocó que fuera exonerado de esta Universidad el año 1973 y luego recontratado en 1980. Sin duda, esta fue la principal razón de que su figura se halla silenciado de los relatos oficiales.

4 Esto podemos evidenciarlo en el artículo de Justo Pastor Mellado Eduardo Vilches: un caso para la investigación en artes plásticas publicado en el número 1 de la revista (1996), una monografía dedicada a Eduardo Vilches y su figura en la Escuela de Arte en el número 10 de la Revista (2004), y el reciente coffee table book titulado Pintura chilena contemporánea: práctica y desplazamientos disciplinares desde la Escuela de Arte UC (Ampuero, Novoa y Schwember, 2015) donde se insiste en la práctica del desplazamiento (una suerte de doxa común de esta escuela surgida de prácticas experimentales del grabado y la fotografía en los años 60, 70 y 80) y recientemente llevado a la pintura.

5 Esta exposición se realizó en el Museo Nacional de Bellas Artes el año 1994 y los textos del mencionado dossier incluyen a Gaspar Galaz, Justo Pastor Mellado, Ramón Castillo, Francisca Lizana y Vanessa Vásquez, Silvia Ready y Flu Voionmaa.

6 En el primer número publicado el año 1998 tuvo artículos de artes visuales, filosofía, teatro y música, mientras que los números 2 y 3 de esta revista se focalizaron exclusivamente a las artes visuales.

7 La Revista Índice, documento de arte y crítica la editamos los años 1998 y 2000.con Gerardo Pulido y Juan Pablo Díaz. En el primer número participaron también en el comité editorial del primer número Christian Spencer de Música, Iris Flores de Filosofía, Francisca Bernardi y Ana Harcha de Teatro.

8 La imagen proviene de la marca de cuadernos escolares Colón, cuya figura ilustraba sus tapas.

9 Recordemos que este ejercicio crítico entre artistas y teórico no tuvo un lugar preponderante, más bien lateral en la formación de la Escuela de Arte UC, y que durante la dictadura del General Pinochet se mantuvo al margen de la Escena de Avanzada. Este fue un firme propósito que se planteó Eduardo Vilches como queda de manifiesto en una entrevista al editor del suplemento Artes y Letras del Diario El Mercurio: “siempre traté de mantener a mis alumnos lo más alejado de esas influencias para que no copiaran e hicieran sus propios trabajos” (Swinburn, 2004, p. 28).

10 La Escuela de Arte estuvo adscrita a esta Facultad en las décadas del 80 y 90.

11 La Facultad de Artes de la PUC se establece en 1999, está conformada por la Escuela de Arte, el Instituto de Música y la Escuela de Teatro; pero no fue sino hasta el año 2004 en que éstas se reúnen en un solo campus universitario.

12 Este intercambio surge como parte de un convenio para que los académicos de la PUC obtuvieran su maestría en artes plásticas.

13 Cabe señalar que fui ayudante de esta cátedra, la que estuvo a cargo de Justo Pastor Mellado, entre los años 1997 y 1999.

14 Gaspar Galaz registró buena parte de las producciones del arte chileno por décadas.

15 Los otros participantes son Carmelo Carrá, Ernesto Fontecilla, Gaspar Galaz, Ana María Lira, Carlos Matamala, José María Moreno Galván, Carlos Peters, Ernesto Saúl, Raúl Sotomayor, Iván Vial y María Eugenia Zamudio

16 Comunicación personal con Paula Dittborn, 2 de abril de 2017.

17 Cabe señalar que a partir del N°8 hasta la fecha la publicación modifico parcialmente, desde el N°1 hasta el N°7 llamado Cuadernos de la Escuela de Arte, por el de Cuadernos de Arte, Escuela de Arte UC, sin embargo en la práctica es llamada Cuadernos de Arte, razón por la que a lo largo del texto me refiero a ella bajo esta denominación.

18 Recordemos que esta contaminación entre el cuerpo de textos y la obra de un artista fue ensayada entre 1990 y 2008 en la Revista de Critica Cultural dirigida por Nelly Richard.