REVISTAS DE ARQUITECTURA ARGENTINAS Y CHILENAS DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX: perspectivas comparadas en la cultura regional

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Dra. Patricia Méndez

Arquitecta - Universidad de Buenos Aires
Master en Gestión
Cultural - Universidad de Barcelona
Doctora en Ciencias Sociales – FLACSO



Resumen

En los últimos años, la historiografía de la arquitectura latinoamericana creció exponencialmente gracias a la categorización adquirida por las revistas especializadas como herramienta de investigación. Esta presentación ofrece adelanta resultados de una investigación cuya hipótesis aventura que, durante la segunda mitad del siglo XX existió una alianza arquitectónica intelectual entre Argentina y Chile. Las evidencias surgen al analizar este tipo de publicaciones, cuyas páginas exhibieron los avances culturales regionales y que, confirmaron, a posteriori, el reconocimiento arquitectónico de la “modernidad apropiada” latinoamericana. La metodología desarrollada se concentró en un análisis comparativo de doble vía, distinguiendo los trayectos y las relaciones de sus actores (editores y profesionales), el contexto geográfico en el que se desempeñaron y las obras y publicaciones que los instalaron en el medio arquitectónico. De esta manera, la investigación considera cuatro planos de estudio: el temporal (1950-2000), el geográfico (Chile y Argentina), el tema (la arquitectura) y los medios informativos que los reflejaron. Los resultados, aún incipientes, surgen de la catalogación y digitalización de algunas de las colecciones observadas en ambos países para los cuales se consideró la frecuencia, las temáticas, la ideología de sus promotores, las categorías de sus orígenes (comerciales, institucionales, estudiantiles, por ejemplo), la estructura y el perfil de sus discursos (análisis del poder, de las estrategias, de los protagonistas, entre varios más).



Palabras claves: revistas de arquitectura, cultura regional, Argentina, Chile, siglo XX.



Abstract

In recent years, the historiography of Latin American architecture has grown exponentially thanks to the categorization of specialized journals as a research tool. This presentation offers advances of an investigation whose hypothesis adventure that, during the second half of the 20th century, there was an intellectual architectural alliance between Argentina and Chile. The evidence emerges from the specialized publications, in which pages the regional cultural advances were exhibited and which, a posteriori, confirmed the architectural recognition of Latin American "appropriate modernity". The methodology developed focused on a comparative two-way analysis, distinguishing the paths and relationships of its actors (editors and professionals), the geographical context in which they performed and the works and publications that installed them in the architectural medium. In this way, the research considers four levels of study: temporal (1950-2000); geographical (Chile and Argentina); theme (architecture) and the media that reflected them. The results, still incipient, arise from the cataloging and digitization of some of the observed collections of both countries in which the frequency, the themes, the ideology of their promoters, the categories of their origins (commercial, institutional, student, etc.), the structure and profile of their speeches (analysis of power, strategies, protagonists, etc.).



Keywords: architecture magazines, regional culture, Argentina, Chile, twentieth century.



En la última década y con un crecimiento exponencial en los circuitos académicos más próximos, el campo de investigación en Arquitectura se vio favorecido gracias a la profundización de análisis adquirida por las publicaciones periódicas de arquitectura en tanto fuente primaria de investigación. Si bien, para dar cuenta del devenir arquitectónico, los programas universitarios se concentran en exhibir obras paradigmáticas, por otro camino numerosos investigadores (Gutiérrez, 1994; Gutiérrez y Méndez, 2001; Colomina, 2010; Mondragón, 2010; De Ambrosis, 2011; Méndez, 2011; Aguirre, 2012 y Portal, 2015, entre otros) entienden que les cabe a las revistas -sin distingo de fronteras, ni de temporalidad- indicar el pulso sincrónico de su época, así como también señalar -desde la teoría y los debates-, todo aquello que la arquitectura edificada esconde entre sus muros y visibiliza a través de sus páginas. Al respecto, Horacio Torrent (2013:7) equipara a las revistas de arquitectura con los tratados renacentistas considerando que, además de la capacidad de difusión que conllevan por su raíz periodística, el rol que de ellas surge fue fundamental en el campo disciplinar, tanto por el pregón de sus discursos como por los impactos que suscitaron.

 

 

Ediciones cuyo objeto de estudio fueron las revistas especializadas



Considerando estas ideas previas, este texto ofrece resultados iniciales de investigaciones1 más amplias que se han planteado analizar la prensa arquitectónica, producida en Argentina y en Chile durante la segunda mitad del siglo pasado presumiendo que, entre ellos, exisitó un tránsito editorial cuyos contenidos alentaron la conformación de una cultura arquitectónica regional. El problema de investigación postula así que, en ambos países, a posteriori de la industrialización de los medios de comunicación surgidos en las décadas previas a 1950, la correspondencia entre profesionales y editores aceleró el camino hacia una arquitectura más propia a sus contextos2 y derivó, con el correr del tiempo, en el establecimiento de la modernidad regional.



Una lectura arquitectónica regional pendiente

Un repaso veloz del contexto que se estudia indica que en Chile, luego de la segunda posguerra, la accesibilidad a materiales hemerográficos y ediciones de libros provenía habitualmente de Argentina, aunque también era frecuente el cruce de intereses y la participación de corresponsales simultáneos en la arquitectura de uno y otro lado de los Andes. Por citar algunos casos, al staff de Tecné3 se había integrado el chileno Enrique Gebhard, quien publicaba en el semanario ProArte de su país y difundía en sus páginas algunos proyectos para la provincia de Buenos Aires; situaciones similares se observan en la revista AUCA4 que brindaba su espacio a los argentinos Marcos Winograd y Antonio Díaz, como también el caso del arquitecto Mario Buschiazzo -a cargo del Instituto de Arte Americano de la UBA-, quien contactaba directamente al equipo chileno “Bresciani-Valdés-Castillo-Huidobro para editar el libro5 que promocionaría sus obras.

Sobre estas líneas radican los colectivos de interés que motivaron esta propuesta y que se concentraron en la observación de las coincidencias del surgimiento editorial arquitectónico en ambos países pues, ya fuese como consecuencia de dificultades económicas, de catástrofes naturales o de crisis sociales, sus intereses atendieron la resolución de ejes comunes a la arquitectura en las dos naciones y, desde ese estrado, alentaron temáticas con desarrollo novedoso como la vivienda social, los museos, los centros deportivos, distintos planes urbanos o la preservación del patrimonio, entre otros. Considerando que estamos frente un sistema periodístico, en el cual la información es traducida a conocimientos, tanto en sus formas como en las maneras de interpretar la novedad arquitectónica (aunque en estas editoriales no existiera una estrategia de prensa explícita inicialmente), la información vertida en estas publicaciones nos permite enlazarla a los planos de estudio propuestos de tal manera que, el hacer-saber se convierte en un saber-hacer (Santa Cruz A., 2014:15). Estos atributos se perciben rápidamente en las revistas de arquitectura de este período y permiten la reconstrucción de un discurso sincrónico a la vez que consolidan a las revistas en un modo hegemónico y único dentro del campo disciplinar (Méndez, 2012).

Inicialmente y, en forma estimativa, el corpus de análisis seleccionado detectó que, entre ambos países y durante la segunda mitad del siglo XX, se publicaron poco más de un centenar de nuevos títulos dedicados a la arquitectura6 y, en su trayectoria, subrayaron propuestas espaciales mucho más cercanas a sus realidades geográficas que las contempladas en décadas previas. Ciertamente, en la observación de la mayoría de sus páginas, aun de distinta vigencia en el tiempo, se detectan causas comunes tanto en su origen como en su éxito, también revelan que varios promotores surgieron desde grupos profesionales desprendidos de sus núcleos académicos, a través de equipos innovadores e, incluso, desde movimientos estudiantiles que alentaron propuestas vanguardistas tanto en diseño como en gobierno universitario. Sin embargo, ninguna de estas publicaciones excluye, en su germen editorial, el desafiar al futuro con teorías mucho más acordes a la cultura local que las impuestas desde Europa o USA.

Se trató de una cultura con fuerte impronta, un sistema que jalonó el siglo y zambulló en ella a sus promotores, tal como expresara la arquitecta argentina Marina Waisman en una editorial de la revista que ella misma conducía, Summarios:

[…] al ser esta una época esencialmente crítica de la arquitectura, proliferan los escritos –tanto de formulación de teorías como de crítica y de historia- que exigen un verdadero esfuerzo […] en estos tiempos, el libro es solo un aspecto casi subsidiario entre los productos culturales: las revistas y las exposiciones han pasado a primer plano como vehículo de ideas; el número y la calidad de las revistas nos asombra día a día […] (Waisman, 1980: 210).

Por supuesto, estas intenciones también se promocionaron desde las páginas chilenas de AUCA o de ARS y desde las argentinas Summa o DANA7, además de las acuñadas a partir de emprendimientos comerciales, centros gremiales o estudiantiles. Si se revisa cualquiera de estos ejemplos a lo largo de estos cincuenta años de estudio, es posible percibir la instalación de un discurso inter-regional en los modos de pensar y, por sobre todo, en el de “hacer” arquitectura. Fueron reflexiones incipientes, tal vez espontáneas, emanadas de encuentros internacionales (como el de la UIA, Buenos Aires, 1961) y reforzadas años después en los debates de los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana8 (SAL). Así lo expresaban los arquitectos y editores9 chilenos Eliash y Moreno en las páginas de Summa, convencidos que: “[…] Nos encontramos en un momento en que, más que relevante, parece urgente suturar ciertos episodios de nuestra historia reciente como latinoamericanos (1986:54).

Estas opiniones, sumadas a múltiples textos contemporáneos, han respaldado las vertientes comunes en ambos países, reforzaron los lazos editoriales y culturales e incrementaron las razones que, a través de una visión panorámica, hoy nos permite aclarar el tránsito de la cultura arquitectónica que avanzó sobre los desafíos pendientes, aquellos mismos que demarcaron los valores de nuestra “modernidad apropiada” (Eliash y Moreno, 1989 y Fernández Cox, 1990: 50,55-56;) y confirmarían, desde el plano editorial, la preexistencia de una relación intelectual.

Aun contando con estos precedentes, la literatura académica que se ha nutrido de las revistas especializadas como fuente de investigación, salvo casos excepcionales, señala la carencia de un análisis interdisciplinario que merece este tipo de ediciones. Este fue el motor que justifica esta investigación que traspasa los límites temporales habitualmente estudiados y los analiza desde una alianza geográfico-histórico-cultural concentrada en la arquitectura de Argentina y de Chile (Bloch, citado por Aróstegui, 2001:357) y, así, intenta comprender aquellos factores que motivaron e impulsaron nuestra profesión y las peculiaridades que la distinguen, fuera por sus éxitos o por sus fracasos, pero siempre ajustada a la arquitectura latinoamericana a través de los medios de difusión especializados.

La investigación asumió así el desafío de aclarar distintos interrogantes, tales como: ¿qué proyecto editorial animó a las revistas en la construcción de sus lectores?, en esa época ¿coexistieron otros canales de promoción profesional?, ¿cuáles fueron y cómo actuaron?; las revistas ¿durante cuánto tiempo se mantuvieron vigentes?, ¿qué sinergia regional tuvieron y por qué sobresalieron?, ¿cuánto influyeron en la formación profesional? Y, por supuesto, ¿cuánta incidencia tuvieron los hechos políticos para favorecer o acallar una determinada promoción editorial?

El ámbito temporal escogido escapa a los plazos habitualmente seleccionados y coincide con momentos de agitación y de renovación sociocultural tanto en Chile como en Argentina, a la vez que encierra un lapso -gracias a la renovación alcanzada por las Facultades de Arquitectura, la afirmación de los Consejos Profesionales y la vigencia de las normas edificatorias- en el que convergieron publicaciones que trascendieron sus objetivos iniciales, que postularon nuevas teorías y, consecuentemente, exhibieron en sus páginas un modo diferente de hacer, de definir y de entender nuestra arquitectura.



Lecturas paralelas: métodos de análisis

En atención al ámbito latinoamericano que esta propuesta persigue, se consideró la teoría elaborada por Marina Waisman en La estructura histórica del entorno (1972), allí la autora observaba a la arquitectura inserta en una red de unidades culturales con múltiples interrelaciones. Siguiendo esta vía, las revistas de arquitectura fueron consideradas como unidades culturales autónomas en las cuales pueden leerse las relaciones entre los núcleos –profesionales e individuales- que las llevaron adelante; consecuentemente, intenta revelar los programas ideológicos que las sustentaron, corroborando y/o contrastando las transformaciones y consolidación de la cultura arquitectónica.

La metodología aplicada en este proyecto responde a un sistema analítico de doble vía: considera las relaciones entre los actores (editores y profesionales), el contexto regional en el que se desempeñaron y permite, asimismo, articular los acontecimientos relevantes durante el lapso considerado. En tanto investigación histórica, adoptó cuatro planos de estudio: el temporal (1950-2000); el geográfico (Argentina y Chile); el tema (la arquitectura) y los fenómenos sociohistóricos desde los cuales se reflejaron (la prensa). El corpus documental fue tamizado bajo una óptica cualitativa y cuantitativa con el fin de rescatar las recurrencias de sus contenidos, también se atendió su frecuencia, el campo que abarcaron (temáticas proyectuales), las categorías (textual y gráfica), la estructura, el perfil de sus discursos (análisis del poder, de las estrategias, de los protagonistas, entre otros), las causas y consecuencias surgidas de sus enunciados, de sus propuestas, opiniones o debates y que fueron visibles en cada uno de los programas editoriales.

Considerando aquella publicaciones surgidas a partir de 1950, se detectó un volumen editorial que ofrece, a modo de ejemplo, estos títulos10:

Para el caso argentino: Canon (Buenos Aires, 1951-1952); Boletín del CEA (2º época, Buenos Aires, 1961); Línea. Publicaciones de la Arquitectura y el Planeamiento (Córdoba, 1961-1961); Obrador. Revista de Arquitectura (Buenos Aires, 1963-1965); Summa (Buenos Aires, 1963-1993); Tarea. Revista Universitaria de Arquitectura (La Plata, 1964-1965); Noticiero de los talleres FAU. Servicio Auxiliar de la Docencia y la Investigación (Buenos Aires, 1969); Revista SCA (Buenos Aires, 1970); Andamio. Una Revista de Arquitectura (La Plata; 1971); DANA. Documentos de Arquitectura Nacional y Americana (Resistencia; 1973); Summarios (Buenos Aires, 1977-1990); Entrega (Luego Entrega de Arquitectura, Rosario; 1981); AyC. Arquitectura y Construcción (Tucumán; 1982-1986); CH. Cuadernos de Historia y Arquitectura (Buenos Aires, 1982-1998); Replanteo ( Buenos Aires,; 1982-1990); Revista del Taller (Rosario; 1982-1987); Summa Colección Temática (Buenos Aires, 1983-1990); Arquitectura y Comunidad Nacional ( Buenos Aires,; 1984-1987); Cuadernos A+A. Revista de temas de la arquitectura y el medio (Mar del Plata; 1984); Trama. Revista de Arquitectura (Buenos Aires, 1985-1994); Summa Universitaria (Buenos Aires, 1986); Taller de arquitectura (La Plata; 1986-1993); Topos. Revista de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (Santa Fe; 1990-1995); Tikal (Buenos Aires, 1991-1997); Obras-Proyectos (Córdoba; 1993-1996); Revista 3. Teoría, historia y crítica de la arquitectura (Buenos Aires, 1993-1998); Arquis (Buenos Aires, 1994-1999); Cuadernos del Sur (Córdoba; 1997-1999) y Block (Buenos Aires, 1997), entre muchas otras.



Portadas de algunas de las ediciones argentinas de arquitectura analizadas



Para el caso chileno: La vivienda (Santiago, 1954); Técnica y creación (Santiago, 1960-1967); Revista de la Facultad de Arquitectura (Santiago, 1961-1962); Revista de Planificación. Vivienda, ciudad región (Santiago, 1964-1973); AUCA. Arquitectura Urbanismo Construcción Arte (1965-1986); CA (Santiago, 1968-2011); CEDLA (Santiago, 1977); ARS (Santiago, 1978-1991); ARQ. Arquitectura, diseño, urbanismo (Santiago, 1980-2007); Arquitecturas del Sur (Concepción; 1983); Ágora (Santiago, 1986-1987); Cuadernos de la Facultad de Arquitectura (Valparaíso; 1989); Revista de Arquitectura (Santiago, 1990); Cuadernos de arquitectura (Antofagasta; 1992-1998) y Revista de la Facultad de Arquitectura (Valparaíso; 1997-2000), entre otras.



Portadas de algunas de las ediciones chilenas de arquitectura analizadas



Lecturas sincrónicas: resultados preliminares

En coincidencia con las teorías que nutren el ámbito periodístico, es lógico que frente a productos informativos similares, sus estrategias de prensa no resulten exactamente idénticas. Interesa, en este sentido, apelar a las categorías de las que se nutre cualquier medio periodístico, de tal manera que el conjunto a observar resulte mejor organizado. Para este aspecto, Santa Cruz establece tres principios que son intrínsecos a todo sistema de prensa: el ideológico, el periodístico y el comercial; de entre ellos resultará –con la primacía de uno por sobre los otros- la esencia que definirá el perfil adoptado por la publicación a lo largo de sus ediciones (2014:14).

A partir de estas líneas, un primer acercamiento al conjunto editorial de ambos países ofrec un centenar de títulos11 -cifra que superó ampliamente la prevista inicialmente-, y con el fin de catalogar el conjunto, cada revista fue clasificada según el origen de sus promotores editoriales. Se detectaron entonces cuatro tipos básicos según su origen y que fueron rotuladas como “Universitarias” (provenientes de instituciones académicas), “Estudiantiles” (generadas por centros de estudiantes o grupos de ellos), “Institucionales” (surgidas de institutos privados, asociaciones gremiales u organizaciones no gubernamentales, por ejemplo) y “Privadas” (fundadas con espíritu independiente en el seno de instituciones autónomas de aquellas universitarias, siendo individuales o grupales y, habitualmente, con la existencia de un capital comercial).

Si el estudio fuera cronológico (sin distingo de origen), resaltan cuatro fases que pueden encerrarse en períodos de quince años cada una. Estos lapsos se resumen bajo los siguientes argumentos: el tramo que va de 1950 a 1965 se corresponde con la formación de una nueva generación de profesionales y coincide con el establecimiento de las facultades de Arquitectura que se independizan de otras carreras o renuevan radicalmente sus programas de estudio; el período entre 1965 y 1980 muestra un quiebre en virtud de los hechos políticos que señalarán, aún más, la siguiente etapa: por un lado se inicia la difusión arquitectónica de la mano de aquellos profesionales egresados en las escuelas independientes, surgen las revistas estandartes de uno y otro país y, consecuentemente con ello, asoma la arquitectura con sesgos ad-hoc a cada contexto y, por otra parte, la década del 70 exhibe un corte radical con la instalación de las dictaduras militares en sendos países y su consecuente retraimiento en las acciones profesionales. El intervalo que va entre 1980 y 1995 incluye el ocaso de las revistas de mayor trascendencia regional (AUCA, en Chile y Summa, en Argentina), pero también exhibe el éxito discursivo de la “modernidad apropiada” a través de revistas independientes, algunas de relevante opinión (como ARS en Chile y Summarios en Argentina) junto con otras de breve vida editorial. Finalmente, el último lapso, a partir de 1995 y de cara al siglo XXI, el periodismo especializado encontrará nuevos formatos de prensa gracias a los modos de difusión informáticos que, desde ese entonces, ofreció internet.

Como se anticipara, del conjunto editorial pesquisado pueden realizarse múltiples lecturas. Inicialmente, el resultado cuantitativo muestra un volumen argentino mayormente originado en producciones del ámbito privado (40%) y complementado con cifras similares para las que provienen tanto de instituciones como de universidades; asimismo, en cantidades absolutas, el conjunto supera en un 20% al total producido en Chile.



Estadísticas cuantitativas de publicaciones de arquitectura editadas en la Argentina



En el país trasandino, el panorama se revela diferente: poco más de la mitad del total de publicaciones se ha originado en entidades académicas universitarias12, en tanto el volumen restante comprende las provenientes de instituciones, las estudiantiles y alcanzan el porcentaje mayor las de sesgo comercial (23%) superando las dos últimas categorías citadas. Una perspectiva que permite entender estos resultados es considerar el factor gubernamental dictatorial que reprimió las acciones democráticas –ergo, dificultó la libertad de difusión- durante casi dos décadas (1973-1990).



Estadísticas cuantitativas de publicaciones de arquitectura editadas en Chile



Si el análisis del comportamiento editorial se efectuara por décadas y se ajustara a cada una de las categorías, el crecimiento que exhiben los tipos de revistas, lejos de mostrar resultados lineales y previsibles, por el contrario, se manifiesta alterado y con franca coincidencia de cara a las circunstancias históricas de cada país. Por ejemplo, tanto en Argentina como en Chile, el mayor pico de revistas de origen estudiantil coincide con la instalación de los gobiernos democráticos y, por contraste, las académicas son las que mantienen regularidad constante (disminuyendo apenas en Chile con el derrocamiento del Presidente Allende) y retomarán fuerza con la reinstalación democrática.

Argentina: estadística por décadas, según origen de revistas (1950-2000)

Chile: estadística por décadas, según origen de revistas (1950-2000)



En el total de las categorías propuestas, la década de 1970 revela un incremento parejo en las cuatro con origen argentino, y exponencialmente fuerte en las revistas universitarias chilenas. Puntualmente, y dentro de la jerarquía universitaria, la producción de revistas mantiene diferencias entre ambos países. Mientras que en Argentina el crecimiento se muestra sostenido en el transcurso del tiempo y con un crecimiento coincidente con la llegada del gobierno democrático (1983), en Chile se intensifica abruptamente a partir de la misma década. Asimismo, la situación económica general de cada país también concuerda con las estadísticas antes citadas: en tanto en Argentina se alcanzan picos inflacionarios a partir de 1987, en Chile fue en torno de 1990 y, efectivamente, para ambos casos estos hechos repercuten negativamente en este mercado editorial específico y debilita su producción, sobre todo en aquellas iniciativas privadas o en las estudiantiles (sostenidas por alumnos, con mayores esfuerzos personales que dinero).



Chile: estadística por décadas, según origen de revistas (1950-2000)



Como en todo trabajo de investigación en proceso, estas cifras apenas alcanzan a trazar un panorama inicial, ofreciendo valores preliminares pero en el cual se delimitaron los perfiles de cada uno de los medios analizados. Las categorizaciones realizadas insertan a las revistas de este conjunto dentro de un contexto sociocultural particular, dando una identidad al núcleo editor como al público al que iban dirigidas.

Todas estas estrategias, que alcanzaron mayor o menor amplitud de discusión en su momento, confirman la generación de un modelo discursivo de la arquitectura. También permiten confirmar que las revistas de arquitectura son un instrumento de información, de afirmación y de debate y que, efectivamente, a través de sus páginas, consolidan la espina dorsal en la producción intelectual y profesional de la arquitectura regional.



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1 PICT 2014-0700 y FONDECYT 3150013; en ambos proyectos se agradece la colaboración de los Licenciados Andrés Saavedra Araneda y Julieta Pestarino.

2 Coincidían, para entonces, que el Movimiento Moderno iniciaba su decadencia internacional y, en estas latitudes, la profesión se afianzaba en términos académicos con la formalización de la carrera de Arquitectura en las Universidades públicas (en Chile en 1944 y en Argentina en 1947).

3 Editada en Buenos Aires, Argentina, entre 1942 y 1944.

4 Editada en Santiago de Chile, entre 1965 y 1986.

5 Cfr. Braun Menéndez, 1962.

6 Este estudio no ha considerado aquellas publicaciones cuya temática central fuera dedicada a las artes, ni a la decoración, tampoco aquellas provenientes de organismos estatales, editadas habitualmente con formato de Boletín ni tampoco las provenientes de Ministerios o reparticiones oficiales dedicadas a la acción gubernamental en arquitectura y sus disciplinas.

7 Exceptuando AUCA, Marina Waisman mantuvo participación directa.

8 Encuentros que desde entonces hasta hoy son promovidos y auspiciados desde diversas editoriales de arquitectura.

9 Promotores de las revistas chilenas CEDLA y ARS.

10 Los títulos se presentan cronológicamente según fecha de inicio; entre paréntesis se indica la ciudad de edición, el año de inicio y el de cierre de cada publicación.

11 El volumen de las publicaciones que se han revisado en físico son las que se conservan en el CEDODAL (Argentina); en la Sociedad Central de Arquitectos (Buenos Aires); en la Biblioteca Nacional de Chile, en la Biblioteca Central "Luis David Cruz Ocampo" de la Universidad de Concepción, Biblioteca “Hilario Hernández Gurruchaga” de la Universidad del Bio-Bío, Biblioteca “Lo Contador”, Pontificia Universidad Católica (Santiago) y también en colecciones particulares.

12 Esta cifra, probablemente, quede avalada gracias a una numerosa cantidad de revistas emitidas desde los distintos centros de investigación que componían autárquicamente las Escuelas de Arquitectura y, además, se incrementa al considerar iniciativas editoriales de los estudiantes que, aun siendo de corta vida, se manifestaron en varias de las Universidades chilenas.