DISEÑAR LAS TRANSICIONES. Una mirada a las publicaciones de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo y su impacto en la conformación de una cultura del diseño en Uruguay

Citar este artículo

Mónica Farkas

Universidad de Buenos Aires
Universidad de la República-Montevideo

 

Laura Cesio

Universidad de la República-Montevideo

 

Magdalena Sprechamann

Universidad de la República-Montevideo



Resumen

En el presente trabajo nos proponemos identificar las mediaciones y proyecciones expresadas por tres publicaciones periódicas de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República (Montevideo. Uruguay) que a lo largo del siglo XX pusieron en escena ideas, debates y propuestas editoriales con impacto en la configuración de una Cultura del diseño en Uruguay en el siglo XXI. Si bien la carrera de Diseño de Comunicación Visual inició su dictado en la universidad pública en Uruguay en la Facultad de Arquitectura en el año 2009 las publicaciones abordadas:

- debatieron cómo superar la mera formación de profesionales vinculados al diseño ampliando las funciones universitarias con un fuerte compromiso social y local.

- se preguntaron por los modos a través de los cuales revitalizar la menguada presencia cultural del diseño para producir la trama de una producción contemporánea que incorpore las profundas transformaciones vividas en el paso de gobiernos dictatoriales a democráticos.

- generaron dispositivos editoriales que desde sus especificidades tipológicas dieron voz a diversos agentes comprometidos en la Cultura del diseño en formación en el Uruguay del siglo XXI.

Desde esta perspectiva analizaremos la Revista de la Facultad de Arquitectura, publicación institucional; Trazo, producida por el Centro de Estudiantes de la Facultad y el Boletín del Instituto de Teoría del Urbanismo, caracterizado por la generación de un leguaje gráfico universal orientado al urbanismo pero que hoy enmarcaríamos en el diseño de información.



Introducción

Con el objetivo de identificar la configuración de una Cultura de Diseño en Uruguay en el siglo XXI abordaremos las mediaciones expresadas por tres1 publicaciones periódicas de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República (FADU-UdelaR. Montevideo. Uruguay) que a lo largo del siglo XX pusieron en escena ideas, debates y propuestas editoriales y construyeron tres enunciadores con impacto en el campo del diseño.

Analizaremos la Revista de la Facultad de Arquitectura que expresa la voz institucional; Trazo, producida por el Centro de Estudiantes de la Facultad de Arquitectura y el Boletín del Instituto de Teoría del Urbanismo, caracterizado por la búsqueda de un lenguaje gráfico universal orientado al urbanismo pero que hoy se podría enmarcar en el diseño de información.

Si bien la carrera de Diseño de Comunicación Visual (DCV) inició su dictado en la universidad pública en Uruguay en la Facultad de Arquitectura en el año 2009 las publicaciones abordadas:

  • debatieron la formación de profesionales vinculados al diseño ampliando las funciones universitarias con un fuerte compromiso social y local.

  • se preguntaron por los modos a través de los cuales revitalizar la menguada presencia cultural del diseño para afrontar las profundas transformaciones vividas en el paso de gobiernos dictatoriales a democráticos.

  • generaron dispositivos editoriales que dieron voz a diversos agentes comprometidos en la Cultura del diseño en formación en el Uruguay del siglo XXI.



Las revistas como objeto de estudio del Diseño de Comunicación Visual

Las publicaciones periódicas y las revistas en particular se han constituido en objeto de estudio por derecho propio. Diversas disciplinas y áreas de conocimiento las han estudiado como un artefacto que da cuenta de la institucionalización de diversas organizaciones así como de los proyectos, actores y debates que atravesaron esos procesos; la circulación de saberes y la producción de conocimiento científico; la formación de redes de intelectuales nacionales, regionales e internacionales en torno a contenidos específicos; la profesionalización de especialistas en la producción y diseño de las revistas: editores, impresores, tipógrafos, ilustradores, fotógrafos, artistas, diseñadores.

En ausencia de un trabajo que haya reunido y discutido la especificidad de las mediaciones y proyecciones expresadas por estas tres publicaciones periódicas de la Facultad de Arquitectura para constituir una Cultura del Diseño en Uruguay esta ponencia se propone poner en evidencia un aspecto de una larga tradición de revistas culturales en Uruguay que hemos abordado en otros trabajos. Al situarlas como objeto privilegiado de nuestra atención permiten poner en discusión el estudio de las mismas atendiendo tanto a sus contenidos como a las características materiales y transformaciones como artefacto editorial con modalidades específicas de producción de sentido así como también al diseño como mediador de las operaciones culturales en las que se insertan.2



Dar voz a los diversos agentes del campo del proyecto: la institución, el instituto y el centro de estudiantes

Los contextos de producción y edición, los modos de enunciación, el tono y las secciones que organizaron cada una de estas tres publicaciones dieron voz a un conjunto de agentes cuyos discursos buscaron materializarse en objetos editoriales representativos y con impacto en la coyuntura política y disciplinar en la que surgieron y se fueron transformando a lo largo de su existencia en interacción mutua y con otras publicaciones internacionales. La construcción de enunciadores diferenciados tiene su correlato en rasgos identitarios tanto desde sus características gráficas, tipográficas, como desde sus secciones. Concientes de los modos dialógicos específicos de este tipo de objetos, las tres dedicaron secciones especiales a la difusión y resención de otras publicaciones.

La Revista de la Facultad de Arquitectura aparece en el año 1958 en medio de un fermental y conflictivo proceso en la Universidad de la República, que de la mano del rector Mario Cassinoni planificó una nueva Ley Orgánica transformadora. Era una revista institucional que pretendía dar a conocer ideas de los distintos actores universitarios, a la vez que promover y difundir la cultura arquitectónica y proyectual dirigida a un espectro amplio de lectores:

la revista deberá registrar nuestro momento económico, social, político y cultural, con sus consensos, polémicas y controversias, quedando como referencia y aporte al proceso dialéctico de la historia, y en particular en lo referente al propio hacer de la Facultad (...) dar elementos que generen conciencia de nuestra realidad para que desde ella se desarrollen actitudes críticas, comprometidas y creativas respecto a la misma (...) para que en sus páginas tengan acceso los más, profundizando la idea de Universidad Democrática. (Artucio, Revista Facultad de Arquitectura (RFA), 1958: 1, 1)

La existencia de La Gaceta de la Universidad desde agosto de 1957 con el objetivo de “...estimular lo universitario, pero también las artes, la literatura, la música, el teatro y el cine.” (Gaceta de la Universidad, 1957: 1,1) da cuenta de que se buscaba superar la mera formación de profesionales al ampliar las funciones universitarias hacia un fuerte compromiso social. “Nuestra Universidad irradia a la colectividad por la acción de sus hombres, por la resonancia de sus actos o escritos ...” (Gaceta de la Universidad, 1957: 1,1).

Entre 1958 y 1972 se editaron ocho números de la Revista de la Facultad de Arquitectura con una destacada calidad gráfica y con la participación de reconocidos artistas uruguayos como Miguel Angel Pareja y Vicente Martín invitados a diseñar las portadas.

En el editorial del primer número se explicitaban las secciones consideradas necesarias para el nuevo proyecto editorial: trabajos de profesores, de alumnos y de profesionales, la labor de Institutos, actividades directivas y “…una sección en la cual podrán colaborar todos aquellos que tengan algo serio que decir en el sentido de nuestras preocupaciones de arquitectos, en cuanto a sociología, a economía, a historia, a estética y a técnicas específicas o afines.” (Artucio, RFA,1958: 1, 1). Es interesante destacar que a lo largo de los números publicados hasta la dictadura se busca correlacionar explícitamente decisiones editoriales y políticas. En este sentido, todas las secciones en las que participan los Institutos y talleres de arquitectura cuentan con la misma extensión y Leopoldo C. Artucio3 explicita que, “Nuestra publicación no será una revista controlada … proponemos que toda colaboración aparezca firmada, por breve que sea, para así precisamente dar más amplios límites a la libertad.” (RFA, 1958: 1, 1)

Asimismo, la Arquitectura aparece como un agente de cambio con un papel fundamental en la reestructuración del mundo:

Bajo su forma más extensa de actividad urbanística y de planificación física del territorio, es hoy un capitulo básico de cualquier movimiento cultural…¿No contribuye el marco visual del hombre a su auto-elaboración? ¿No influye la organización práctica y estética del medio en que se vive, en la estructuración de la propia vida? Un sistema complejísimo entre el medio y el hombre, cuyo análisis debe ser el tema central de una Facultad de Arquitectura y por tanto de su órgano de publicidad, provoca la constante trasformación del medio y la modificación permanente del hombre.” (Artucio, RFA, 1958: 1, 2)

Con una manifiesta vocación interdisciplinaria busca que tanto los contenidos como las decisiones de diseño expresen los objetivos de la publicación institucional asociados a una noción de cultura del diseño como forma de acción: “…una manera de hacer cosas…” que transforma las prácticas, un diseño enculturizado asociado a valores. (Julier, 2010: 21)

Para alcanzar un alto grado de difusión y apreciación consideraban necesario un bajo precio, claridad de conceptos, fácil comprensibilidad, sencillez de presentación y de estructura. "Si algunos trabajos exigen cierto tono excesivamente técnico en el concepto, se recomendará muy particularmente a sus autores la mayor sencillez en la expresión, para asegurar el acceso a ellos al mayor número de los lectores que pretendemos conquistar.” (RFA, 1958: 1, 2)

Con el advenimiento de la dictadura militar en Uruguay y la intervención de la UdelaR en octubre de 1973, la revista se interrumpe hasta la apertura democrática en 1986 con la publicación del N° 9. En el año 2012 se edita el N°10 en un contexto totalmente distinto, tal como lo expresa el decano Gustavo Scheps:

recomponer un puente de continuidades sobre tamaño vacío y qué talante debía caracterizar esta nueva época de la Revista de la Facultad de Arquitectura, para establecer los esenciales y los conductores sobre los que tejer una construcción contemporánea que incorpore las profundas transformaciones vividas. Cómo, con dichos y con hechos, podía revitalizarse la menguada presencia cultural del diseño y la arquitectura y contribuir a la afirmación cultural de nuestras disciplinas. ... luego del nocivo suspenso de un cuarto de siglo... ¿cómo hacerlo? (RFA, 2012:10, 8)

Los últimos tres números de la Revista presentarán un cambio importante con secciones como "Samotracia" que remiten de modo alegórico a los contenidos generando referencias espaciales con el edificio en las cuales se desarrollan ciertas actividades. Su contexto de publicación ya encuentra una Facultad de Arquitectura que incorporó al Diseño de Comunicación Visual, al Diseño Industrial, de Indumentaria y Textil, al Diseño de Paisaje y al Diseño Integrado como carreras de grado.

El plan de estudios de 1952 de la carrera de arquitectura, discutido recurrentemente en la Revista de Arquitectura y en Trazo, posicionó al Instituto de Teoría y Urbanismo (ITU)4 en relación directa con las cátedras de Sociología, Economía, Talleres de Proyecto, y Arquitectura Legal.

Los boletines informativos del ITU, editados entre 1951 y 1972 bajo la dirección del Arq. Carlos Gómez Gavazzo5 conforman un conjunto gráfico de gran interés. La creación de una “simbología urbanística” con pretensiones de aplicación generalizada, debitaria del positivismo, podría interpretarse como un recurso en el contexto de un ITU cuyo director los consideraba un "idioma gráfico" para desarrollar el proyecto moderno. El último boletín se edita en 1972 sincrónicamente al número 8 de la revista de la facultad.

El interés de los boletines como antecedente para la conformación de una cultura del diseño en general y, en particular, para una historia de la infografía en Uruguay parte del hecho de que buscan dar cuenta de la actividad del ITU y, simultáneamente, constituyen un programa gráfico de comunicación de esas actividades que enuncian algunos de los principios presentes en las conceptualizaciones actuales del llamado diseño de información.

Nacida en una coyuntura política de la República Oriental del Uruguay muy diferente, Trazo, la revista del Centro de Estudiantes de Arquitectura (CEDA), comenzó a editarse en marzo de 1981 durante la dictadura militar como voz de los estudiantes. Se publicó en forma continua pero irregular hasta 1999; en 2010 se intentó reeditarla pero salió un solo número. Tomó otra denominación que la Revista previa del CEDA, órgano de los estudiantes entre 1932 y 1973 para no poner a la nueva revista bajo sospecha por activismo gremial ante las autoridades de la intervención. Su vinculación con el “grupo de viaje”6 marcará fuertemente su devenir y su fuente de financiación. En cuanto a su diseño pueden identificarse tres momentos claramente diferenciables.

Impresa en blanco y negro, la primera Trazo, de 16 páginas, afirma en su editorial: “La Universidad debe ser algo más que una fábrica de técnicos.” (Trazo, 1981: 1, 3). Esta toma de posición caracterizará su línea editorial de los primeros años. Ya aparece aquí un cuestionamiento a una historia del término diseño que se construyó en relación al reconocimiento profesional y la profesionalización de su práctica señalada y problematizada por Julier al delinear su noción de Cultura del diseño. (2010: 64). Como correlato de esto, en los números iniciales de la publicación estudiantil, predominaba tanto un contenido político como una lectura política de los fenómenos de la arquitectura y el proyecto; primero, en forma solapada y luego, más explícita, se constituyó en un medio de protesta y defensa de los principios democráticos.

El número 2 deja constancia del cuestionado examen de ingreso “tras haber sorteado un escollo que dejó por el camino a 94 compañeros.” (Trazo, 1981: 2, 3). También destacan los compromisos universitarios irrenunciables respecto a la cultura nacional que dan validez a los universitarios y profesionales: son los que deben asumirse con la sociedad uruguaya.

Esta declaración de principios se da en un tramo de la historia uruguaya que culmina, como en otros países de Latinoamérica, en el golpe de Estado de 1973 y en una crisis estructural en la que alguno de los rasgos más típicos de la formación social y política uruguaya, la sociedad amortiguadora, hiperintegrada, partidocrática, frágilmente próspera, se rompieron para entrar en una fase de radicalización y violencia sin precedentes en el siglo XX. A mediados de la década de 1950 el ciclo económico mundial de prosperidad no permitía prever que veinte años después la economía capitalista mundial ingresaría en una fase crítica y un endeudamiento cuyos resultados más adversos en América Latina se harían notar en la década de 1980. (Caetano, Rila, 2008: 271-322)

Hasta el número doble 6-7 podemos decir que Trazo polemiza y pone en escena temas vinculados a la defensa de la ciudad, al Grupo de Estudios Urbanos (GEU)7 y el patrimonio con los correspondientes problemas contemporáneos de la demolición de edificios relevantes. Con tapa a dos tintas, papel de más gramaje y mejor calidad incluye como tema central de sus 68 páginas una serie de encuestas a todos los directores de talleres, una modalidad de jerarquizar el carácter dialógico y polifónico que Trazo mantendrá a lo largo de su historia con un espacio destacado para los talleres de enseñanza.

Luego se priorizarán los temas de la Universidad, la idea de una transición en el número 9 es interpelada en su editorial "¿De qué transición me hablan? Es el tercer editorial que le dedicamos." (Trazo, 1982: 9, 3). La enseñanza, el plan de estudios, el problema de la historia conectado a la llamada Ciudad Vieja8 están entre sus preocupaciones.

Como revista estudiantil y con un espíritu contestatario pero también propositivo las relaciones entre texto e imagen a lo largo de la historia de Trazo expresan una constante búsqueda de expresar la irreverencia y la libertad en cambios en su diseño.



"¿De qué transición me hablan?": diseñar la transición

Entre el Nº 8 (mayo,1982) y el 15 (junio,1985), podemos encontrar en Trazo un relato, hoy una posible historia sincrónica de los acontecimientos que llevaron al fin de la dictadura y la restauración democrática. Con compromiso, crítica y asumiendo riesgos, desde su lugar de universitarios y desde la arquitectura, la revista se convirtió en otro de los tantos actores civiles en contribuir al trámite final de la dictadura, como lo expresan Caetano y Rila (2008: 355): “Fue la civilidad, pacíficamente impuesta desde el plebiscito el 80, la que cobró protagonismo y la que llevó a los militares a plantearse la estrategia de hallar la mejor salida.” Incorporaron temas disciplinares y propios de la facultad y un lugar central para los talleres de arquitectura, el concurso de viviendas para Arquitectura Rifa y el problema de la vivienda en el país. En este período, Trazo también operó como un generador de eventos culturales. Organizó el "encon-TRAZO", (nombre que tomaría en la posdictadura el Encuentro Latinoamericano de Estudiantes de Arquitectura, ELEA) que fue más allá de la arquitectura y asumió el compromiso formulado desde su inicio con la cultura nacional. “Es tiempo de encon-TRAZO, un mazazo a la apatía ... que se vehiculiza en un evento y se constituye en un espacio. Un espacio para intercambiar sobre arquitectura y universidad, para exponer plástica, para hacer música” (Trazo, 1982: 8, 18)

La Trazo 16 (junio,1986) premiada en la Bienal de Arquitectura de Quito, marcó un punto de inflexión. En un contexto universitario y político que ya no tenía el peligroso enemigo de la dictadura y en una universidad co-gobernada, comenzó a mutar hacia contenidos más disciplinares. A partir del Nº 17 cambiaron el formato, las portadas, se incorporaron más imágenes y fotografías, en un diseño de página más limpio y ordenado. El premio fue, como señala el acta de veredicto que otorga la Mención de Honor publicada en Trazo (1986: 17, 20)

un "... reconocimiento al esfuerzo de la comunidad de estudiantes por tener una presencia crítica en la problemática de la arquitectura y el diseño urbano en lo que se refiere a cuestiones tanto académicas como profesionales. El jurado desea también destacar la frescura en la presentación y la seriedad en los contenidos como aportaciones de esta publicación”



Intersecciones y redes de revistas

Es inevitable vincular el rediseño de Trazo con la reaparición, en octubre de 1986, luego de catorce años, de la Revista de la Facultad de Arquitectura. Parecía haber una clara conciencia de la capacidad del diseño gráfico para expresar el deseo de diferenciación de una plataforma estudiantil, fresca y experimental, de la resurgida publicación institucional.

La revista Nº 9 expresa la bienvenida a la democracia, a la manifestación de diversas visiones sobre un mismo tema a través de dar cabida a la mayor cantidad posible de órganos de la Facultad. A diferencia de los números previos donde se publicaban los trabajos de un solo taller por número, en ésta se le otorga un espacio a todos los talleres de ese momento. Es notable la relevancia que adquieren las imágenes fotográficas.

La participación de Trazo en las bienales de arquitectura y en los encuentros de revistas latinoamericanas paralelos a las bienales, resulta fermental para la constitución de redes latinoamericanas de publicaciones, en donde Trazo fue por mucho tiempo la única revista realizada por estudiantes. Este hecho se materializa en la incorporación de "Revistero", una sección de la revista que adquirió carácter permanente donde se reseñaban todas las publicaciones que se recibían y sus índices. Estas revistas luego pasaban a formar parte de la biblioteca de la facultad lo que permitió la circulación de arquitecturas, ideas y diseño gráfico fundamentalmente latinoamericano en la comunidad académica.

En 1989, el Nº 21 da cuenta de la vigencia de este intercambio en la nota relativa al encuentro realizado en Tlaxcala, México9: “Como única publicación estudiantil Trazo encontró el elogio y sorprendió. Por seguir en el camino, por superarnos gráficamente después de la premiada Trazo 16, por el esfuerzo de una facultad que sigue llamando la atención, la revista tiene un lugar legítimo.“ (1989: 21, 61-63)

Estos encuentros de revistas generaron una red, aglutinada por la arquitectura y el diseño en la que el diseño gráfico tuvo un papel central. Como expresa Julier (2010: 10) el concepto de cultura de diseño abarca:

las redes e interacciones que configuran los procesos de producción y consumo, tanto materiales como inmateriales. Como tal, se sitúa en el punto de encuentro entre los productos y los usuarios, pero también se extiende hacia sistemas de intercambio más complejos. Describe las acciones normativas, los valores, recursos y lenguajes con los que cuentan los diseñadores, los gestores del diseño y los responsables de sus directrices, así como el público, en su relación con el diseño.

Asimismo, la cultura de diseño como práctica informada por el contexto caracterizada por Julier (2010: 21) permite sugerir que esta red de revistas de arquitectura latinoamericanas fue una plataforma para la comunicación, un foro, “a través del cual creadores de diferentes lugares se conectan, se comunican y legitiman sus actividades”.

Con el aumento notable de publicaciones sobre arquitectura en la década del 90 en el mundo y en Uruguay, y en otro contexto político donde un espacio de expresión estudiantil no parecía tan necesario, la publicación de la revista se produjo cada vez con mayores dificultades.

En Trazo N° 23 saludan la aparición de la revista de arquitectura y diseño Elarqa, cuyo comité se integra con los llamados “Tracitos” Charlee Velazquez, Julio Gaeta, Fernando de Sierra, Gustavo Vera Ocampo. “Parece que Trazo es un buen trampolín, no?” (1991: 23, 11) afirman, aparecen dos artículos de opinión sobre la publicación del grupo de viaje Arquitectura en Uruguay 1980-1990. Ambas situaciones dan cuenta de un contexto más plural y múltiple, en donde Trazo debía mantener su especificidad como revista creada y gestionada por estudiantes. Probablemente la incorporación del concurso de portada, rescatando el espíritu y la tradición de los concursos de vivienda para Arquitectura Rifa como oportunidades para los estudiantes, da cuenta de esta nueva situación expresada en el editorial de Trazo 26 (1991: 26,11):

La pequeña pero rica historia de esta revista es quizás el espejo de la realidad, por lo tanto también de esta facultad, es la complicidad de su entorno. Los que ayer participaron desde el primer número hasta el día de hoy son el recuerdo que va armando la memoria del pasado. Este pequeño gesto de saber conjugar la imagen y la palabra va escondiendo también un manojo de ausencias y develando un racimo de presencias.

Hay un nuevo cambio en el formato y el diseño gráfico, se incorpora color en el interior, mejora la calidad del papel y de la tapa.

La Revista de la Facultad comienza su existencia recogiendo el pensamiento dominante en la facultad, encarnado por significativos personajes como Aurelio Lucchini, decano y director del Instituto de la arquitectura (IHA), y Gomez Gavazzo, actores históricos en el pensamiento dominante de la modernidad en la facultad presente en la línea inicial de la revista y claramente manifiesta en los sumarios. Lucchini pensaba en la formación de arquitectos modernos

con arreglo a un enfoque teórico renovador, no arqueologizante ni tampoco culturizante, que maneje la historia con sentido crítico, …

En los años sesenta la Facultad transitó un camino que inclinó las preocupaciones hacia lo político y lo social, en desmedro de la especificidad disciplinar. En este contexto se conformó un grupo de opinión dentro de lo académico, contrario al “oficialismo” y considerado elitista, que procuraba “desarrollar una arquitectura y un pensamiento no sólo referidos al medio sino comprometidos con el oficio de arquitecto y su especificidad.” (Cesio; Ponte; 2008,28)

Antonio Cravotto, emerge como otro actor histórico en materia patrimonial, debido a su pensamiento dúctil, en un momento de dogmatismo. Esto lo pone en contacto con el arquitecto Mariano Arana durante las grandes confrontaciones vividas en la Facultad.

La reconocida libertad de pensamiento de Cravotto lo ubica en el "cisma del 64" en una postura abierta, no dogmática, que orientó su Taller, calificado por otros como un taller "sin línea". Destacados estudiantes cursaron quinto año allí, Thomas Sprechmann, Daniel Heide, Ramón Martínez Guarino -entre otros-, al constatar el pensamiento más rico, proyectado en el tiempo y más vinculado a una realidad sensible de Cravotto.

En la Revista 4, se presenta el novel Taller Cravotto mostrando, sorprendentemente para lo habitual, trabajos de estudiantes dedicados al diseño de equipamiento, tareas realizadas en el Instituto de Diseño (ID) que se muestran en números anteriores. La experiencia del ID no era un isla en la facultad: el diseño de muebles se consideraba un tema de arquitectos. Se hacían en primer año de taller por lo que se puede suponer que se concebía como un tema de escalas dentro del proyecto arquitectónico, el estudiante transitaba de la pequeña escala (proyecto de equipamiento), a la mediana (edilicia) a la gran escala (territorio). Esta concepción se mantiene en la facultad hasta la actualidad desde el supuesto que encuentra a un estudiante más maduro, formado y avanzado en la carrera, “Considerando que resulta necesario proceder gradualmente y no extremar el choque que el cambio brusco de ambiente, métodos y nivel de exigencia produce en la gran mayoría de los estudiantes (...)"(RFA, 1963: 4, 59). En el numero 5, de 1964, año del “cisma”, se produce un cambio en la comisión; en sustitución de Lucchini y Artucio vinculados a la historia de la arquitectura, Isern y Bayardo, afines a la “línea dura”, estaban acompañados por el estudiante Lorente Mourelle y, encargado de la revista, Arana, ambos cercanos a Cravotto, al ala renovadora e integrantes del Núcleo Sol. No pasa desapercibido el cambio en el diseño gráfico con mayor protagonismo de las imágenes “No es con afán de eludir responsabilidades ni de disimular errores, que queremos dejar señalado que la producción de este número, ... ha sentido también de algún modo el impacto que ha significado el difícil momento que ha vivido y vive la Universidad en conjunto, y la Facultad de Arquitectura en particular ...”(RFA, 1965: 6, 2). En el sumario se puede visualizar un viraje evidente hacia otra sensibilidad, mostrando obras de Vilamajó, Scasso, Petit de la Villeon, el arte de Augusto Torres y una de Cravotto.

Creemos que la fórmula que insiste hoy en crear formas nuevas mediante esquemas abstractos consagrados, quizás valiosa ayer, debe ser superada por una vuelta al contacto espontáneo de la naturaleza y de la situación histórica, para allí encontrar los modos de construir que están respondiendo naturalmente a una nueva sensibilidad estética...surge claramente la necesidad de un lenguaje más amplio capaz de recibir un mayor contenido emocional innegablemente diferente del cosmopolitismo dogmático que se practica alrededor nuestro con sus búsquedas de un objetivismo que da resultados desoladores y estériles... hallar las esencias de lo universal en las entrañas de lo local...La consecución plástica no es más feliz; así vemos por todas nuestras ciudades apretados entre medianeras segmentos de cuanta obra clásica de la Arquitectura moderna existe. (“Hoy nuestra realidad”, Revista Arquitectura SAU, 1963: 237, 36)10

El "Núcleo Sol" formado por jóvenes estudiantes en búsqueda de planteos alternativos, retomó ideas subyacentes en corrientes nacionales: Vilamajó, Bonet, Leborgne, Dieste entre otros. "Creemos imperioso encontrar raíces y exigimos el duelo generacional". Como un símbolo de este duelo, el primer artículo del Nº 6 se titula “Ha muerto Le Corbusier”.

Mientras tanto, los boletines del ITU, que venían publicándose en forma ininterrumpida desde 1951, continúan inmutablemente con la misma lógica y el mismo diseño, expresando la confianza de Gómez Gavazzo en un lenguaje gráfico, la "simbología urbanística", por considerarlo un principio de interpretación mnemotécnica universal dando cuenta de un alineamiento con la ortodoxia del proyecto moderno que pervivía aún firme en la facultad.



Los Boletines del ITU: la visualización de información como contenido

Esa vocación interdisciplinaria expresada en los contenidos de las otras publicaciones analizadas, se materializa en los Boletines del ITU en desplegables que contienen información producida mediante instrumentos metodológicos de las ciencias sociales. La traducción al “lenguaje gráfico” no solo facilitaría la comprensión de la información, sino que articularía los sistemas de representación de la arquitectura y las prácticas proyectuales. Este corpus constituido en objeto de estudio del diseño de información y como antecedente de una historia de éste en Uruguay los ubica en las preocupaciones de diseñadores y comunicadores visuales ya que trascendió la planificación del territorio para convertirse en instrumento que, mediante la visualización, se propuso hacer emerger información relevante sobre organizaciones administrativas, educativas e interacciones entre la comunidad y el ámbito académico en Uruguay, imperativo que ya podemos encontrar en el Vienna Method of Pictorial Statistic delineado en 1925 por el economista y lógico del Circulo de Viena Otto Neurath y al que en 1935 se denominó Isotype, International System of Typographic Picture Education (Jubert, 2006: 211). Concebido para todos los campos de la educación, Neurath pretendía convertirlo en un lenguaje universal con un principio asociado a la capacidad diferencial de conectar asignada a las imágenes frente a la segmentación producida por las palabras. Entre 1931 y 1935 Neurath y el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) realizaron el primer intento sistemático de estandarización del lenguaje del planeamiento humano en clave transnacional. Desde la primera invitación realizada a Neurath por Cornelis van Eesteren al IV CIAM llamado "Functional City", sus integrantes veían que el mayor obstáculo para articular su visión de la ciudad moderna era comunicacional y veían en el sistema de Neurath un camino para superarlo. (Vossoughian, 2006: 51).

Si bien Neurath destacó la importancia de la colaboración fue muy crítico de la propuesta de CIAM porque iba en detrimento de la accesibilidad y transparencia visual. Gomez Gavazzo estaba en total conocimiento de estos debates ya que está documentado (Nudelman, 2013: 87-88) que tradujo las conclusiones del IV CIAM, suministradas obviamente por Le Corbusier, las envió a Montevideo, pero no fueron publicadas. Al recorrer el conjunto de los boletines la propuesta visual de Gómez Gavazzo aparenta estar más alineada con la línea críptica de visualización que defendía Van Eesteren. Pero si se observa que él trató de aplicarla con objetivos más amplios, como organizar el plan de estudios y todas las escalas de trabajo de los arquitectos y de toda la población, parece haber una búsqueda de poner en juego las posibilidades de los dispositivos para expresar concepciones epistémicas del mundo más amplias en clave de diseño de comunicación visual.



Diversificación e innovación: el proyecto editorial de la Facultad como protagonista de la configuración de una Cultura del diseño en Uruguay en el siglo XXI

En su segundo ciclo iniciado en 2012, la Revista de la Facultad de Arquitectura adopta la denominación de R, que se transforma en identificador tipográfico y protagonista en el diseño de las tapas, necesario quizás para la implantación de una nueva “marca identitaria.” (Scheps, RFA, 2012: 10, 8-9) Los tres números editados marcan un cambio importante en la estructura editorial y en el diseño gráfico.

En su primera etapa la revista contenía secciones permanentes que contaban con la misma extensión y trataban temas diversos, así como espacios reservados para la participación equitativa de los institutos y talleres de arquitectura. Ahora, cada revista tiene un dossier con un tema que es abordado por una variedad de áreas del diseño, poniendo en evidencia la complejidad del proceso de diversificación de carreras que la facultad transitó en la última década. Esta temática se conforma en la primera y más extensa sección donde la fotografía adquiere un rol central y se transforma en el elemento estructurador de los artículos. Tiene dos secciones permanentes. Samotracia, que incluye actividades de estudiantes como el Archiprix y el concurso de viviendas de Arquitectura Rifa, y las representaciones de Uruguay en las bienales de arquitectura de Venecia. En la Casa presenta actividades realizadas en el Museo Casa Vilamajó centradas en figuras internacionales que visitaron la facultad, a través de una entrevista y muestra de obras.

Es un sistema abierto y plural, tal como lo expresa Gustavo Scheps, decano de la facultad: “Para asumir su carácter institucional, la REVISTA elude la versión descriptiva. Para expresar nuestra condición, de modo más indirecto pero exacto, parte de alentar la reflexión crítica y de convocar ampliamente la diversidad”. (Scheps, R: 2012, 10, 8) Se plantea desde las especificidades de las distintas disciplinas del diseño que convoca, como un aporte a la cultura; desde lo local pero en un diálogo global a través de guiños y reenvíos que atraviesan el contenido en forma de visitantes, articulistas invitados, eventos internacionales.

Público?, Cambio, Casai, aluden, remiten, simbolizan y posibilitan múltiples lecturas, en la larga duración y en la contemporaneidad, en “las continuidades profundas” y en “las profundas transformaciones vividas” (Scheps, R:2012, 10, 8)

Pero R no es un artefacto aislado. Integra un proyecto editorial de la facultad que, desde 2010 ha inaugurado seis colecciones (Catálogos de Arquitectos Uruguayos, Conferencias, Entrevistas, Integralidad, Colección MVDLAB, Premio Vilamajó y continuado otras (Seminario Montevideo, Bienal de Venecia); ha editado publicaciones periódicas de las distintas áreas de investigación (Vivienda Popular, Vitrubia) y ha estimulado la participación de sus docentes en las publicaciones financiadas en forma central por la Universidad a través de sus comisiones sectoriales (Educación Permanente, Biblioteca Plural).



Conclusiones

La Revista de la Facultad de Arquitectura, Trazo y los boletines del ITU no solamente fueron publicaciones disciplinares y académicas, fueron verdaderos proyectos culturales, sociales y políticos. La cultura del diseño exige al observador ir más allá de los atributos visuales y materiales para considerar redes multidiversas y multilocacionales de su creación y su manifestación. Desde esa multiplicidad, las publicaciones analizadas trazan estrategias posibles para trascender la opacidad de los objetos de conocimiento proyectuales, aparentemente tan vinculados entre sí pero con diferentes formas de hacer y de implicación con el entorno/hábitat, y permiten retroalimentar críticamente las discontinuidades entre las prácticas proyectuales del diseño y de la arquitectura entre transiciones, mutaciones y cristalizaciones.

Acompañaron las transformaciones y transiciones vividas desde la mitad del siglo XX hasta la contemporaneidad buscando incidir en la cultura, tal como lo expresaban los estudiantes de la FEUU (Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay) en el marco del debate de la reforma constitucional:  

Hoy ya no puede entenderse la Universidad como el organismo del Estado para la formación de las clases dirigentes –manifestaba el representante del Centro de Estudiantes de Arquitectura en 1950– […] sino como un organismo de los estudiosos, para trasmitir sus conocimientos a todo el pueblo, y el laboratorio donde se analicen todas las ideas científicas, filosóficas y sociológicas, con el propósito de dar una cultura en función social, para una actuación consciente en las diversas manifestaciones del vivir individual y colectivo. (Caetano, Rila, 2008: 277 -279)

Las tres publicaciones generaron dispositivos editoriales que fueron vehículo de una facultad  comprometida con el medio desde su disciplina, conformando entre ellas un sistema de relaciones múltiples y complementarias, llenando vacíos, supliéndose, generando alianzas no explicitas y dando voz a diversos actores: "Si todo proyecto presenta zonas de contacto con otros proyectos, si todo proyecto es un subproyecto de otro que lo contiene y este a su vez contiene en su interior subproyectos, entonces es posible encontrar (diseñar) sistemas de relaciones que ejercen cierta influencia sobre las partes" (RFA, 2014, 12, 8). Y estos sistemas llegan al siglo XXI incidiendo en la Cultura del diseño en formación en el Uruguay.

A lo largo de casi 60 años en la Institución se produjeron publicaciones que intentaron mirar hacia la realidad cultural del país y la realidad universitaria, pero que estuvieron muy vinculadas a lo que pasaba en el diseño a nivel mundial. Se genera a través de estas revistas una mirada hacia lo local, pero con una mirada global.



Bibliografía

Caetano, G. y Rila, J. (2008). Historia Contemporánea del Uruguay. De la Colonia al Siglo XXI. Montevideo. CLAEH. Fin de Siglo.

Farkas, M. (2011). "Cultura Visual, Cultura del Diseño: fronteras y confluencias entre arte, diseño y tecnología", en: AAVV, Travesías de la imagen. Historias de las artes visuales en Argentinavol. 1. Buenos, Aires, Coedición CAIA / EDUNTREF-arte. pp. 169-198.

Gómez Gavazzo, C. (1964). Arquitectura de las Comunidades. Teoría del Planeamiento Territorial I. Montevideo. UdelaR.

Jubert, R. (2006). Typography and Graphic Design: from Antiquity to the Present. Paris. Flammarion.

Julier, G. (2010). La cultura del diseño. Barcelona. Gustavo Gili.

Mijksenaar, P. (2001). Una introducción al Diseño de la información. México. Gustavo Gili.

Nudelman, J. (2015). Tres visitantes en París. Los colaboradores uruguayos de Le Corbusier. Montevideo. UdelaR.

Ponte, C; Cesio, L. (2008). Arquitectura y Patrimonio en Uruguay. Proceso de inserción de la arquitectura como disciplina en el patrimonio. Montevideo. UdelaR.

Vossoughian, N. (2006). Mapping the Modern City: Otto Neurath, the International Congress of Modern Architecture (CIAM), and the Politics of Information Design”, Design Issues, 22(3): pp. 48-65.



Fuentes

La Gaceta

Revista de la Facultad de Arquitectura

Trazo

Boletines del ITU

Arquitectura

1 Otras publicaciones de carácter periódico de la FADU que no hemos abordado en este trabajo: Vivienda Popular, Revista CEDA, Seminario Montevideo, Extensión en Tensión, Entrevistas, Exposición del año, Conferencia inaugural, Vitruvia, entre otras.

2 Este trabajo se enmarca en los trabajos desarrollados desde 2011 por el Grupo de Investigación CSIC Cultura del diseño y comunicación visual: perspectivas histórico-críticas para la formación de un campo del diseño en Uruguay. Existen trabajos académicos que constituyen antecedentes fundamentales del estudio de estos objetos en el Uruguay: los proyectos Archivo de Prensa y Publicaciones Periódicas de los equipos de investigación dirigidos por la Dra Lisa Block de Behar. Otro antecedente que consideramos relevante es el trabajo de indagación teórico-crítica y sistematización de publicaciones periódicas del Uruguay desde la perspectiva de la Historia del  Diseño de Comunicación Visual que se viene realizando en el Área Socio-cultural de la LDCV de la FADU_UdelaR.

3 Leopoldo C. Artucio (1903-1976), arquitecto. Catedrático de Historia y Teoría de la Arquitectura y decano de la Facultad de Arquitectura. UdelaR.

4 En 1936 se crea el Instituto de Urbanismo como dependencia de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República-Uruguay,

5 Carlos Gómez Gavazzo (1904-1987). Arquitecto y urbanista uruguayo perteneciente a las primeras generaciones de egresados de la Facultad de Arquitectura de Uruguay. De filiación moderna, trabajó con Le Corbusier en París.

6Los viajes de estudio de la Facultad de Arquitectura forman parte de una larga tradición que tiene aproximadamente 70 años. Son viajes de estudio para enriquecer y complementar la formación de los estudiantes. Se organizan por generaciones de ingreso llamadas Grupo de Viaje y se financian mediante la venta de rifas organizadas como Arquitectura Rifa. Una de las iniciativas más importantes es la de construir las casas que constituyen el premio mayor de esta rifa cada año.

7 Grupo de arquitectos y estudiantes de arquitectura, que se constituyó en 1980 como Grupo de Estudios Urbanos en torno al Arq. Mariano Arana cuyo objetivo fundamental fue la defensa de la ciudad y el patrimonio y la generación de propuestas alternativas frente a las demoliciones insensatas que se estaban dando en la ciudad de Montevideo.

8 Ciudad Vieja es la denominación que se utiliza para nombrar el casco histórico y núcleo fundacional de la ciudad de Montevideo.

9 IV Encuentro de Arquitectura Latinoamericana / México. La Trinidad, Tlaxcala. Encuentro de Revistas de Arquitectura. Junio de 1989.

10Tomado de “Hoy nuestra realidad”, Revista Arquitectura Sociedad de Arquitectos del Uruguay, 1963: 237, 36. Esta publicación de la SAU, cuyo primer número se publicó en septiembre de 1914, es objeto de estudio del grupo de investigación, especialmente en lo relativo a las articulaciones con el diseño y la teoría e historia del arte; aquí no se aborda en particular porque se ha decidido circunscribir el artículo a la edición universitaria.