VANGUARDIAS ARTÍSTICAS Y VANGUARDIAS PEDAGÓGICAS. ANÁLISIS DE LA REVISTA QUID NOVI? (ROSARIO, 1932 – 1934)

Citar este artículo

María del Carmen Fernández

UNR ‐ FHyA – Rosario

 

Gabriela D’Ascanio

UNR ‐ FHyA/CONICET – Rosario

 

Elisa Welti

UNR ‐ FHyA – Rosario



Resumen

En este trabajo indagamos la singular articulación producida entre expresiones de vanguardia artísticas y pedagógicas evidenciadas en la serie de revistas Quid Novi? Estas revistas fueron publicadas entre 1932 y 1934 por asociaciones vinculadas a la Escuela Normal Superior N° 2 de la ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe, Argentina). La publicación se anunciada como revista de “pedagogía, literatura, ciencia y arte”, ofreciendo escritos de intelectuales y pedagogos reconocidos así como reproducciones de dibujos y grabados de artistas de la ciudad. Quid Novi? presentaba, además, una cuidada estética de corte modernista y una calidad de impresión en colores que se destaca entre las producciones de la época.

Este estudio se enfoca en la revista en tanto objeto poseedor de una “materialidad y visualidad propia” (Artundo, 2008: 10) en el que se evidencian las marcas reconocibles de un proyecto intelectual potente, capaz de articular ideas e iniciativas provenientes del movimiento pedagógico escolanovista con manifestaciones estéticas innovadoras del campo artístico local.



Palabras clave: arte, pedagogía, vanguardia, revista, ilustraciones.



Abstract

In this work we propose to investigate the unique articulation produced between avant-garde artistic and pedagogical expressions evidenced in the series of Quid Novi magazines, published between 1932 and 1934 by the Associations of Parents and Ex-students of the Escuela Normal Superior N °2 of the city of Rosario (Santa Fe, Argentina). The publication, advertised as a journal of "pedagogy, literature, science and art," offered writings by renowned intellectuals and pedagogues as well as reproductions of drawings and engravings by artists of the city. Quid Novi? It also had a careful aesthetic of modernist court and a quality of color printing that stands out among the productions of the time.

 Our study focuses on the magazine as an object possessor of “own materiality and visuality" (Artundo, 2008: 10) in which the recognizable marks of a powerful intellectual project are perceived capable of articulating ideas and initiatives coming from the pedagogical movement Escolanovista with innovative aesthetic manifestations of the local artistic field.



Keywords: art, pedagogy, avant-garde, Rosario, magazine, images.



Modernización cultural y renovación pedagógica1

En las décadas del veinte y del treinta del siglo XX se produce en la Argentina un proceso de modernización cultural cuyo mayor impacto se observa en las ciudades. Este proceso se caracteriza, entre otras cosas, por el surgimiento y consolidación de las vanguardias estéticas, el creciente desarrollo del mercado editorial, la consolidación de las agencias de regulación y legitimación del arte y la cultura (Sarlo, 1988; Schwartz, 1993).

En la ciudad de Rosario –urbe del interior del país de gran desarrollo económico y cultural- se crearon y afianzaron durante esos años buena parte de las instituciones vinculadas al arte y la cultura2. Se desarrollaron, asimismo, experiencias educativas que plasmaron ideas pedagógicas renovadoras vinculadas al movimiento escolanovista3. Algunas de estas experiencias lograron articular de modo singular los campos de la cultura, el arte y la pedagogía. Son ejemplos de esta conjunción, las propuestas inspiradas en el ideario escolanovista impulsadas por Dolores Dabat en la Escuela Normal N° 2 y por Olga Cossettini en la Escuela N° 69 “Dr. Gabriel Carrasco”, ambas instituciones educativas de la ciudad de Rosario. En dichas experiencias se puede observar que, junto a las innovaciones pedagógicas, ocuparon lugares centrales las manifestaciones culturales y las expresiones estéticas de vanguardia4.

En el marco de una de estas experiencias, acontecida en la escuela normal dirigida por Dabat, comenzó a publicarse la revista Quid Novi? que analizamos en este estudio.



La revista Quid Novi?

En 1932 las Asociaciones de Padres y de Ex–alumnas de la Escuela Normal N° 2 iniciaron la publicación de la revista Quid Novi? La dirección general le correspondió a Dolores Dabat, quien por esos años era, además, directora del establecimiento educacional5. A cargo de la dirección artística se encontraba el pintor Julio Vanzo. Con él colaboraron otros artistas plásticos locales como Ricardo Warecki y Lelia Echezarreta.

El nombre elegido por los editores para la revista indica que dar cabida a la novedad -al presente, a lo actual- era la clave de la publicación. La apertura de criterios y el antidogmatismo se enunciaban como principios, la expansión de la cultura era el propósito que se esperaba alcanzar. El primer número explicaba a los lectores las razones de esta elección del siguiente modo:

Iniciamos nuestra labor con el saludo común entre los camaradas latinos. “¿Qué hay de nuevo?” es la frase con que se abordaban los amigos de la antigua Roma. Expresión de amistad, lo es también de inquietud, de curiosidad, de deseo de aprender (…) No enunciamos programas; nuestra labor comprenderá todo aquello que esté a nuestro alcance, significando un aporte hacia la difusión y afianzamiento de la cultura general. Sin dogmas, sin preconceptos, con los ojos del espíritu plenamente abiertos a esta realidad maravillosa que es el panorama de la actualidad (Quid Novi?, 1932a).

Paradójicamente, la invocación de los editores de la revista a lo nuevo se efectúa en una lengua clásica, apelando, de este modo, al resguardo de la tradición y la historia frente a la novedad del presente y al futuro.

Según Dabat (1935) la edición de Quid Novi? implicó la acción concurrente del “pueblo y la escuela” y estaba orientada a satisfacer las necesidades y las exigencias de la comunidad rosarina que merecía una obra cultural capaz de incrementar la erudición de sus habitantes. El examen atento de las páginas de Quid Novi? permite comprobar que el comité editorial obró en favor de alcanzar este propósito. La revista reprodujo obras gráficas de diverso tipo, poesías y otros textos literarios; también albergó escritos de medicina, literatura, biología, antropología, paleontología, física, derecho e historia, entre otros. 

La serie de Quid Novi? analizada consta de seis números: el primero y el segundo, publicados en abril y julio de 1932 respectivamente; el tercero y el cuarto, publicados de forma conjunta en diciembre de 1932; el quinto, correspondiente a julio de 1933; y el sexto, que data de abril de 1934. Si bien en diversas fuentes se afirma que la publicación de la revista se mantuvo hasta 1936, año en el que por razones económicas dejó de editarse, no hemos hallado en nuestra investigación rastros de ningún número publicado con posterioridad al sexto, de abril de 1934 (Dabat, 1935).

Se trata de una revista de formato rectangular, de 30 cm. de altura por 22 cm. de ancho, con una encuadernación cosida y una cuidada edición gráfica, las tapas son de cartulina flexible, las páginas interiores son de textura satinada. Cada número tiene aproximadamente entre sesenta y setenta páginas.

La portada está impresa a dos tintas y posee con un grabado que, si bien asume características de estilo similares, es diferente en cada número: un libro abierto, una lechuza, una garza, una imagen de Ícaro, una hoja de muérdago. En la parte inferior de la portada se especifican los datos de la publicación (fecha, número, año) y se anuncian los tópicos de los que la publicación se ocupa: “Pedagogía – Literatura – Ciencia – Arte – Notas varias”.



Portada de Quid Novi? correspondiente al número doble 3 y 4 (1932).



Cada número cuenta con un índice sumario que presenta el contenido. El cuerpo del texto de estos índices se encuentra rodeado por un grabado de corte futurista que, alternando planos oscuros con otros planos claros inclinados de modo oblicuo, representa edificaciones de una ciudad. La misma diagramación del índice sumario se replica en todos los números variando el color de la tinta de impresión.



Sumario del número 2, Quid Novi? (1932)



En todas las páginas interiores de la publicación se destaca el minucioso cuidado estético. Grabados monocromos y a dos tintas, fotografías y dibujos se intercalan entre los textos. Casi todas las páginas de los números de la revista cuentan con alguna imagen; aquellas que carecen de dibujos, grabados o fotografías poseen una guarda –en general de carácter geométrico- en la parte inferior o superior de la página haciéndola visualmente más atractiva. El texto se encuentra organizado en dos, tres o cuatro columnas y el tamaño de la letra varía, aunque la tipografía, con excepción de los títulos, es casi siempre la misma.

Por otra parte, numerosas publicidades comerciales ocupan las páginas de Quid Novi?, dando cuenta de los vínculos de la institución con diversos sectores económicos de la ciudad. Los ramos presentes en las propagandas son diversos: joyerías, cigarrillos, vinos, librerías, etc. Se destaca la publicidad de la casa Witcomb –negocio de fotografías y sala de arte, filial de la casa del mismo nombre de la ciudad de Buenos Aires- que era por entonces un espacio artístico de importancia en la ciudad.



Una de las páginas de publicidades del primer número de la revista Quid Novi? (1932). Se destaca la propaganda de la Casa Witcomb, filial de la casa del mismo nombre de la ciudad de Buenos Aires, en la que usualmente se realizaban exposiciones artísticas



Acompañando a estos números de la revista, fueron publicados numerosos “suplementos” durante la década del 30. Estos tenían un formato distinto, similar al de un libro, con tapas duras, hojas en papel obra, sin imágenes ni colores, de un tamaño aproximado de 15 cm. x 20 cm. En estas publicaciones complementarias circularon escritos provenientes, en su gran mayoría, de conferencias dictadas en la institución por intelectuales, pedagogos o artistas que la visitaron en esos años.



El proyecto estético de Quid Novi?

Hemos anticipado que la revista mostraba un cuidado y homogéneo diseño gráfico de estilo modernista: las tapas de los diferentes números componen, tal como ya mencionamos, una serie con idéntica diagramación en la que sólo cambian el color y los motivos; la imagen que acompaña el sumario de todos los números tiene, como también se dijo, una clara impronta futurista, seguramente diseñada por Julio Vanzo, responsable de la dirección artística; además, en cada página de la revista, intercalada entre artículos, cuentos o poesías, aparece alguna ilustración, una fotografía o, al menos, una guarda geométrica.

Esta articulación entre texto e imagen constituyó, sin dudas, una opción editorial y una elección estética que requieren particular atención en nuestro estudio. El conjunto de ilustraciones elaboradas especialmente para la revista por diferentes artistas de la ciudad formaba parte de un programa artístico y cultural más extenso que, como veremos en el siguiente apartado, implicó numerosas acciones tendientes a favorecer el desarrollo cultural de la ciudad.

En ese contexto, la revista funcionó como una “galería” impresa de obras de artistas locales, sentando una posición definida en el campo del arte, contribuyendo a la difusión y legitimación de nuevos paradigmas artísticos. Las ilustraciones proponían un nuevo registro de gusto artístico, desplazando otros más tradicionales y conservadores, desarrollando un itinerario para la educación de la mirada del público lector.

Obviamente, la dirección artística de la revista a cargo de Julio Vanzo fue clave para definir el programa estético-editorial de Quid Novi? Al respecto, cabe señalar que Vanzo no era solamente un ilustrador gráfico, era un reconocido artista plástico de la ciudad. Sus primeras producciones en la década del veinte se caracterizaron por su impronta modernista, acrecentada en contacto con las vanguardias locales en los treinta. Según afirma Córdova Iturburu (1978: 110), “Julio Vanzo es el introductor en la plástica rosarina, en la década de los años veinte, de la problemática y de las soluciones de los movimientos renovadores del primer cuarto de siglo”. Por otra parte, el mismo Vanzo ilustró otras publicaciones de circulación local, entre las que se destaca la segunda etapa de “Monos y Monadas”, editada entre 1934 y 1936 (Mouguelar, 2013).

En Quid Novi? las ilustraciones realizadas por Vanzo presentan formas estilizadas y geometrizadas, con fuertes contrastes de color y de valor, abundantes planos segmentados y yuxtapuestos con escasos efectos de volumen. Son imágenes que asumen una función estética, introduciendo sentidos que no se encuentran presentes en el texto escrito; imágenes que no tienen por finalidad acompañar mansamente la escritura, sino que pretenden avanzar más allá de ella.



Página interior de Quid Novi?: Ilustración de la obra de teatro “La Delfina de Ramírez”

de la autora entrerriana Argentina Martínez Soler, realizada por Julio Vanzo para el número doble (3 y 4) de la revista Quid Novi? (1932). Figuras geometrizadas en magenta y negro, logradas con planos homogéneos de color.

Ilustración de la poesía “Los siete reyes del mundo” de Ricardo Rojas, realizada por Julio Vanzo para el número 5 de la revista Quid Novi? (1933).



En esta obra de Vanzo se aprecian la estilización de las formas y el movimiento de las líneas que componen las figuras. Los tintes predominantes son el azul y el negro, con matices de grises.

Asimismo, podemos decir que los artistas que ilustraban la revista tenían un estrecho contacto con la institución escolar y con las ideas pedagógicas que circulaban por entonces en ella, auspiciadas y difundidas desde la revista. El propio Vanzo, además de dirigir artísticamente la revista, diseñó el emblema de la escuela: un círculo que posee en la base un libro abierto y detrás de este, elevándose hacia arriba, un árbol.

Otro de los artistas locales que se desempeñó como ilustrador en Quid Novi? fue Ricardo Warecki, quien en la imagen que realiza para el artículo “La escuela activa y los practicantes de la escuela normal” demuestra su conocimiento de las debates pedagógicos de la época: una escena de enseñanza debajo de la cual aparecen desmoronándose un ábaco y un reloj de arena, aludiendo a las transformaciones que se están produciendo en la educación (Quid Novi?, 1932a). Otras ilustraciones de Warecki -grabador, periodista y crítico de arte- en la revista son más complejas, con mayor número de elementos visuales, con un predominio de la línea curva.



Página interior de Quid Novi?: artículo “La escuela activa y los practicantes de la Escuela Normal” de A. F. Astiz de Koegel, con ilustración realizada por Ricardo Warecki (Quid Novi?, núm. 1, 1932).

La imagen de Warecki sintetiza el debate pedagógico vigente entre los enfoques conservadores y las nuevas pedagogías: el haz de luz que emana de la figura femenina ilumina al joven, generando la caída de objetos asociados a la enseñanza tradicional.



Las ilustraciones de Lelia Echezarreta son de corte naturalista y figurativo: plantas con hojas y flores en las que se observan nítidamente todos los detalles, insectos, animales de diversa índole, etc. Estas imágenes acompañan, en general, los escritos científicos, complementándolos con minuciosas representaciones. Se trata de ilustraciones de valor documental y pedagógico, que se encuentran subordinadas al texto, lo amplían, extienden su alcance descriptivo.

Lelia Echezarreta fue una de las pocas mujeres artistas que alcanzó alguna visibilidad en la ciudad de Rosario en este período. Llegó a escuela en la década del veinte para dictar un curso de dibujo, fue docente del Instituto Social de la UNL que funcionó allí y, más tarde, del Profesorado de Dibujo creado en la institución en 19356. Echezarreta se especializaba, como puede observarse en numerosas ilustraciones, en “dibujo botánico”; dibujo acerca del que señala lúcidamente Dabat fue “algo más, fue un documento”:

[…] las imágenes confiadas al recuerdo y la estructura de los vegetales a ojo desnudo o a través de lupas o del microscopio se fueron aclarando y “rectificando” y se trasladaron al papel en rasgos o en colores como expresión de una verdad científica a la que –por añadidura– acompañaba una belleza de ejecución inesperada (Dabat, 1935: 321).

Echezarreta fue también ilustradora de publicaciones especializadas del naturalista francés Jean Henry Fabre, una de ellas exhibida en 1927 en el IV Salón del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez de la ciudad de Santa Fe.



Ilustración del artículo “El aguaribay” de Dolores Dabat, efectuada por Lelia Echezarreta para el número 1 de la revista Quid Novi? (1932). De carácter naturalista, en colores variados. La imagen es acompañada por números ubicados junto a las diferentes partes de la planta para facilitar la localización de las referencias que se encuentran debajo.



Además de ilustraciones realizadas por artistas y dibujantes, la revista ofrece numerosas fotografías. Algunas de ellas son retratos de los autores de los textos que se publican, o de personas a las que se hace referencia. Otras son instantáneas de la vida escolar –del Normal N° 2 o de otras experiencias educativas- que informan sobre modos no tradicionales de organización del espacio y de las actividades educacionales.

En general, estas fotografías enriquecen gráficamente los textos escritos, tornando más convincente su contenido, aunque en ciertos casos ponen en evidencia contradicciones, produciendo bifurcaciones de sentido (Szir, 2009). A propósito de esto último, llama la atención en particular una fotografía publicada en el primer número, en la que se muestra un grupo de niñas pequeñas con guardapolvo blanco formando hileras en el patio escolar, cuyo pie de foto dice: “no aprenderán todas lo mismo ni de la misma manera” (Quid Novi?, 1932a). Paradójicamente, la escena escolar representada resulta esquemática y tradicional: un grupo homogéneo, en idéntica postura y vestimenta similar. En este caso, el discurso visual contradice o, al menos, interroga aquello que el pie de foto intenta sostener como principio proveniente de la Nueva Escuela.



Los tópicos en Quid Novi?: un proyecto intelectual y pedagógico

La variedad de los temas presentes en la revista revela la estrecha articulación entre los campos cultural, científico, estético y pedagógico que hemos anticipado, así como la heterogeneidad de autores y producciones que ella comprendía.

Uno de los asuntos recurrentes en los artículos publicados en Quid Novi? es el conformado por las nuevas pedagogías escolanovistas, a las que adscribía explícitamente el proyecto escolar liderado por Dabat. El primer número de Quid Novi? presenta un artículo titulado “La escuela activa y los practicantes de la Escuela Normal”, verdadero alegato en favor de la incorporación de experiencias originadas en las ideas de la escuela activa en las prácticas de la formación del magisterio: “A nuestro criterio la Escuela Normal no puede permanecer estática viendo pasar a su lado esas fuerzas incontenibles ya del espíritu nuevo en la educación” (Quid Novi?, 1932a). En el segundo número se publica una experiencia innovadora local “Ensayos en la Escuela N° 56 Almafuerte” y un homenaje a Clotilde Guillén de Rezzano –impulsora del escolanovismo en el país- con motivo de su jubilación. Los números tercero y cuarto se inician con el texto “Nuestro tributo al maestro Decroly”, en alusión al pedagogo belga perteneciente al movimiento europeo de la Educación Nueva. El quinto número presenta un trabajo denominado “La escuela del hacer”, ilustrado con fotografías de niños realizando actividades escolares al aire libre, remitidas por Ángel Guido especialmente para la revista. El último número de nuestra serie incluye el artículo “El ensayo de Escuela Serena de la Escuela Normal de Rafaela”, firmado por la pedagoga Celia Ortiz de Montoya y referido a la primera experiencia escolanovista desarrollada por Olga Cossettini, junto a Amanda Arias, en la provincia de Santa Fe.

La revista incluye además escritos pedagógicos de figuras locales relevantes, aunque ajenas a las ideas de la Escuela Nueva, tales como Antonio Sagarna, quien estuvo a cargo de la cartera educativa en el ámbito nacional, y el pedagogo normalista Víctor Mercante, entre otros.

En algunos artículos se hacen visibles las claves de la modernización de la sociedad y la cultura que se consolidan por esos años: a modo de ejemplo, mencionamos un escrito de Julio Alizón, “Importancia de la cinematografía educativa”, aparecido en el primer número de 1932. En ese texto el autor aboga firmemente por la inclusión de las proyecciones fílmicas en la enseñanza y por la formación de los maestros en actividades de este tipo que, según expresa, acercarían la realidad a la escuela, tal como postula el escolanovismo: “La técnica (...) hizo del cinematógrafo la maravilla que admiramos (...) ensanchando al infinito nuestras posibilidades de saber” (Quid Novi?, 1932a). En sintonía con esta afirmación, un collage futurista de fotografías en blanco y negro completa la página de la revista.

Otro tópico que se reitera en los artículos de Quid Novi? es el de la enseñanza de las artes en general y del dibujo en particular, evidenciando la importancia otorgada por la revista a la educación estética. En el primer número, la propia Dolores Dabat aparece como autora del escrito “La enseñanza del dibujo en las escuelas primarias de Chile” en el que analiza las obras infantiles pertenecientes a una exposición de trabajos de niños de ese país que pasó por la Escuela Normal. Guido Buffo, original arquitecto, docente y artista, es autor de dos artículos publicados en números posteriores: “El dibujo en relación con los temperamentos” (Quid Novi?, 1932c) y “El valor de la enseñanza del dibujo” (Quid Novi?, 1933). El número seis incluye “El arte deshumanizado”, de Hugo Calzetti, en el que se analiza el progresivo alejamiento entre lo humano y las artes plásticas, asociado a la deshumanización de la vida moderna en general.

Una buena parte de los artículos se inscribe en el terreno de las ciencias, dando cuenta de otro tema de interés central para los editores de la revista: “El problema de la población” (Quid Novi?, 1932a); “Los estrigiformes” (Quid Novi?, 1932b); “La raza sudamericana de Lagoa Santa y las migraciones malayo-polinesias”, “Material arqueológico del Departamento San Cristóbal”, “Telescopios refractarios y reflectores astrográficos” (Quid Novi?, 1932c); “El poder de las alas”, “Las dos fundaciones de Buenos Aires”, “Las arenas del antiguo río Paraná y la perforación de Villa Ballester” (Quid Novi?, 1933); “Material arqueológico del Neuquén” (Quid Novi?, 1934). Son textos descriptivos, destinados a la divulgación de contenidos científicos, algunos tienen como autora a la propia Dolores Dabat, otros han sido escritos por especialistas locales, como Alfredo Castellanos o Antonio Serranos.

Los artículos científicos o pedagógicos se alternan entre las páginas de la revista con poesías o cuentos de diversos escritores: Ricardo Rojas, Álvaro Yunque, Juan Álvarez, César Tiempo, José Pedroni, son algunos de ellos.



Un proyecto cultural para la ciudad

Ahora bien, ¿por qué organismos asociados a una escuela normal de maestras editan una revista de tales características? La escuela en cuestión se distinguía por algunos rasgos singulares que permiten comprender la trama institucional, social y cultural que da origen a esta publicación.

La Escuela Normal N° 2, fundada en 1910, fue la segunda de su tipo en la ciudad y estaba destinada a la preparación de maestras para la educación primaria. Ocupó desde su creación un edificio situado en el centro geográfico y comercial de Rosario. En pocos años, la tarea educativa y cultural desarrollada desde la escuela comenzó a destacarse en el panorama de la ciudad. ¿Cómo logró la institución esta relevancia? Según las investigaciones histórico-educativas, la escuela fue reconocida fundamentalmente por las experiencias escolanovistas que en ella –y a partir de ella– se realizaron; experiencias que, sin dudas, lograron instalarla en un lugar relevante en el escenario pedagógico de la época. De la misma manera, son reconocidas como figuras claves dentro del movimiento de la Escuela Nueva vernácula sus primeros directores: Martín Herrera y Dolores Dabat (Carli, 2002). Por otra parte, la visibilidad de la institución en la ciudad y, específicamente, en el campo de la cultura local se vinculó también con la fundación de la Universidad Popular de Rosario en 1918, cuya primera y principal sede física se radicó en la escuela (más tarde la Universidad Popular se incorpora al Instituto Social de la Universidad Nacional del Litoral). Esta proximidad dio origen a una colaboración que se extendió en el tiempo, articulando a la escuela con el desarrollo de la ciudad y su cultura.

En la década del 30 se destaca la profusa cantidad de eventos desarrollados en la escuela –la mayor parte organizados desde la Asociación de Ex–alumnas– que convocaron a artistas, intelectuales y pedagogos reconocidos, tales como, Aníbal Ponce, el crítico de arte Jorge Romero Brest, el especialista en historia del arte José León Pagano, las poetisas Alfonsina Storni y Gabriela Mistral, los escritores Eduardo Mallea, Ramón Gómez de la Serna, Rafael Alberti y Enrique González Tuñón, la actriz Lola Membrives, los pedagogos Adolfo Ferriere, Ernesto Nelson, Lorenzo Luzuriaga, Juan Mantovani y Olga Cossettini (Dabat, 1935).

Estas visitas dan cuenta de las redes que se tejían en torno a esta escuela normal entre educadores, intelectuales y artistas, conformando un marco propicio para el desarrollo de una publicación con las cualidades de la revista que analizamos. Es también evidente que los responsables de la institución en esos años tenían clara conciencia del lugar central que la escuela ocupaba en el conjunto cultural de la ciudad:

Traducir en números los actos culturales sería caer en la transcripción de cifras y más cifras. Tómese el programa de trabajo de la ‘Asociación cultural’ o del ‘Instituto Social’, por ejemplo, y el nombre de nuestra casa aparecerá como sede de la labor que realizan. Hojéese “La Capital” y se verá, a diario, el anuncio del acto que se desarrollará por la tarde en nuestra casa (Dabat, 1935: 139).

En esta misma institución, y probablemente como consecuencia del intenso movimiento cultural y artístico, en 1935 se crearon los Profesorados de Dibujo y Música, que a mediados del siglo XX pasarían a integrar el conjunto de carreras universitarias de la ciudad de Rosario.



Vanguardias artísticas y vanguardias pedagógicas

El lenguaje visual y el contenido de la revista la ubican fuera del estereotipo de la publicación “típicamente escolar”: no es una revista infantil ni está destinada a un público estrictamente vinculado a la educación, no aparecen tampoco los alumnos-niños como protagonistas en la revista, esto es, no hay dibujos ni escritos de niños; por el contrario, las ilustraciones son realizadas por artistas, los textos son escritos por especialistas. Los destinatarios -el público lector de Quid Novi?- excedían el ámbito de la escuela. La revista, sin dudas, aspiraba a impactar en el escenario cultural de la ciudad de Rosario y, tal vez, del país.

En este sentido, resulta pertinente transcribir algunos de los comentarios y críticas, provenientes de destacados medios gráficos, obtenidos por el primer número de la revista y publicados en el segundo, que dan cuenta del efecto producido por la revista en la ciudad y en el país. El diario La Capital, de la ciudad de Rosario, afirmaba:

Una presentación esmeradísima, que habla muy alto de las dotes artísticas de la dirección, ilustraciones y decoraciones de un refinado buen gusto, material inédito seleccionado con excelente criterio y distribuido en forma harto inteligente, hacen de este número que comentamos toda una revelación para la ciudad (Diario La Capital, Rosario, 21 de junio de 1932, en Quid Novi?, 1932b).

El diario La Prensa expresaba:

El primer número llama la atención por su orientación educadora, por el caudal de buena lectura y por su artística y lujosa presentación, en la cual han colaborado artistas rosarinos de prestigio tales como Lelia Echezarreta, Miller, Warecki y Julio Vanzo (Diario La prensa, 27 de junio de 1932, en Quid Novi?, 1932b).

La revista Nosotros manifestaba al respecto lo siguiente:

No es un periódico “escolar” de tantos, sino una revista muy amplia de pedagogía, literatura y actualidades, elegantemente presentada, ilustrada con arte e impresa nítidamente en papel satinado, quizás demasiado bueno para los días que corren (Revista Nosotros, Junio 1932, en Quid Novi?, 1932b).

De este modo, Quid Novi? constituye una publicación acorde al conjunto de la prensa escrita de la época, reflejando las intensas transformaciones de la sociedad y de la cultura de la ciudad y del país. Las opciones estéticas y conceptuales que la revista evidencia son muy definidas, precisas, sin ambigüedades: se inscribe en el terreno del modernismo estético y de las innovaciones pedagógicas. La elaborada producción gráfica pretende –y logra- establecer vínculos explícitos entre las producciones del campo artístico y las tensiones de la cultura escolar. La revista desarrolla un discurso visual consecuente con las últimas expresiones del arte local, al tiempo que se inscribe en el debate del campo pedagógico de la época tomando partido por la escuela activa.

Finalmente, es posible afirmar que la revista Quid Novi? conjugó intereses pedagógicos, científicos y artísticos y convocó a referentes de estos campos a participar de sus páginas, configurando un territorio singular de intersecciones entre la educación, el arte y la cultura y desplegando en sus páginas un proyecto intelectual, pedagógico y artístico de vanguardia.



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Shakespear, I. (1960) Homenaje a la Escuela Normal N° 2 1910 – 1960. Rosario, Argentina.

S/A (2000) 90 años, Reseña histórica Escuela Normal Superior N° 2 Provincial N° 35 “Juan María Gutiérrez”, Rosario, Argentina.

Revistas Quid Novi? N° 1, 2, 3 y 4 (1932), N° 5 (1933), N° 6 (1934), Asociación de padres y ex–alumnas de la Escuela Normal N.° 2, Rosario, Argentina.



1 El trabajo es parte de las investigaciones “Campo pedagógico y modernización cultural en la ciudad de Rosario (1920 – 1940)”, desarrollada entre 2013 y 2016, y “Arte, pedagogía y cultura en ciudad de rosario (1930 - 1950)”, radicadas en la Secretaría de Ciencia y Tecnología, Facultad de Humanidades y artes, Universidad Nacional de Rosario.

2 En estas décadas en la ciudad de Rosario se formalizaron los espacios públicos de difusión artística, entre los que se destaca el Museo “Juan B. Castagnino”, que empieza a funcionar en 1937 bajo la dirección del reconocido arquitecto Hilarión Hernández Larguía con el artista Julio Vanzo como secretario. Poco antes, en 1918, había iniciado su labor la sede local de la galería de arte Witcomb, filial de la galería porteña del mismo nombre, en 1913 se crea la Biblioteca Argentina, dirigida en sus primeros años por Juan Álvarez. También comenzaron a circular numerosas publicaciones periodísticas, artísticas y políticas entre las que destacamos, como ejemplos, la revista “Monos y Monadas” y la revista “El Círculo” (Álvarez, 1998; Mikielevich, 1972; Fernández, 2010).

3 El movimiento escolanovista, si bien tenían su origen en Europa y Norteamérica, asumió en la Argentina una fisonomía propia, insertándose en una trama histórica particular delineada por el modelo pedagógico normalista y estableciendo, al mismo tiempo, posiciones disidentes y alternativas (Puiggrós, 1992; Carli, 1992). Los principios de la escuela activa comienzan a difundirse en el país a través de revistas de educación (El Monitor de la Educación Común, La Obra, Nueva Era).

4 Las iniciativas pedagógicas innovadoras que se desarrollaron en la provincia de Santa Fe en la década del 30 fueron impulsadas, entre otros factores, por la sanción de la Ley provincial de “Educación Común, Normal y Especial” N° 2364 en 1934 que avaló y respaldó legalmente ‘una enseñanza conforme a métodos activos’, contemplando actividades recreativas y estéticas, juegos, deportes, cantos, música y declamación.

5 Dolores Dabat, maestra egresada de la Escuela Normal de Paraná, asume la dirección de esta escuela en 1924 y permanece en ella hasta 1940, año de su fallecimiento.

6 La figura de Echezarreta se asocia a la del Arq. Ángel Guido, hermano de Alfredo Guido, puesto que este estuvo al frente del profesorado de Dibujo, creado en la Escuela Normal 2 de la ciudad de Rosario en 1935, desde sus inicios, impulsando su traslado al nivel universitario a fines de la década del 40. Allí Echezarreta se desempeñó como docente. Vale decir que, además, Echezarreta participó de exposiciones realizadas en la ciudad de Rosario por el Grupo Nexus en 1926 y 1927 y de salones organizados por la agrupación Refugio durante la década del 30 (Armando, 2011).